Los economistas han intentado medir el impacto económico de la incertidumbre. El último Boletín de coyuntura de la CROEM cita un artículo publicado por el Servicio de Estudios del BBV, en el que se ofrece una valoración de los efectos que genera la desconfianza en la economía cuando provoca una caída del consumo de un punto. A partir de estas premisas, los autores del cálculo llegan a la conclusión de que «la factura de la incertidumbre podría ascender a 5.000 millones», teniendo en cuenta que cada punto de caída del PIB nacional equivale a 10.000 millones. «Con una demanda estancada, las inversiones cayendo y la prima de riesgo in crescendo, el crecimiento del PIB en el año 2016 podría reducirse en medio punto», concluyen. Por eso, el Círculo de Economía, junto con las patronales de varias comunidades se han unido para reivindicar un pacto que haga que «interprete correctamente» el resultado electoral y evite nuevos comicios.