Recibió el pasado jueves un homenaje de la Fundación de Estudios Médicos de Molina por su trayectoria profesional. «Emocionado» y «agradecido», Víctor Pérez Rigal estuvo rodeado de amigos y pacientes, que le quisieron reconocer su talante humano. Nacido en Elda hace 65 años, con 4 años la familia se trasladó a vivir a Murcia. Pérez Rigal forma parte de la primera promoción de Medicina de la Universidad de Murcia (UMU), que se licenció en 1975.

¿Cuándo comenzó su trabajo en Oncología de la Arrixaca?

Entré a trabajar en Medicina Interna en el hospital en marzo de 1977, ya que por entonces no existía la especialidad de Oncología Médica, y me pareció que era lo ideal para mi vocación de trato más humano. Allí conocí al doctor Agustín Navarrete, que por aquel entonces trataba a pacientes con cáncer con radiología y fármacos. El paso siguiente fue pasarme a Oncología, especialidad que se creó en el año 1983.

En este tiempo, ¿cómo ha evolucionado la especialidad?

Desde que yo comencé ha habido un avance exponencial en los métodos que se utilizan para combatir la enfermedad. Antes sólo teníamos fármacos y radiología y la hormonoterapia para los casos de tumores de mama. En dos décadas, se ha logrado una superespecialización en los distintos servicios, que ha permitido, por ejemplo, que en el caso de los cánceres de mama se haya conseguido evitar la cirugía de amputación en favor de la de conservación. Esto ha supuesto para las afectadas, psicológicamente, un gran avance.

¿Y los tratamientos con fármacos?

El avance en la calidad de los fármacos es muy superior en las últimas dos décadas que lo conseguido en toda la historia previa. La Oncología es la especialidad que más investigación genera en el mundo y ya se han logrado fármacos que se dirigen específicamente a la célula cancerígena. Se están ganando muchas batallas y el futuro es muy prometedor.

Habla de futuro. En su opinión, ¿hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos?

Un camino muy importante que ya se ha emprendido es en el de los comités interdisciplinares, en los que participan todos los especialistas que tratan a un paciente con cáncer. De ahí salen decisiones unitarias. La responsabilidad de tomar una decisión cuanto tienes la vida de una persona en tus manos no es algo baladí. Y hacerlo en solitario es muy duro. El comité te da más seguridad.

¿Hacia dónde cree que avanzará la investigación?

Una línea muy importante va a seguir siendo el avance en los fármacos, que buscarán una mayor eficacia y que incluso se centrarán en cánceres específicos. También en aquellos medicamentos que estimulen la inmunidad; éstos son el futuro, y de hecho ya hay aprobados algunos y en otros se está avanzando mucho. Creo que en 10 o 20 años seremos capaces de controlar la mayoría de los cánceres.

Usted lleva muchos años en la sanidad pública. ¿Teme por su futuro?

No. Puede que los factores económicos recorten el gasto sanitarios, pero la sanidad pública es irrenunciable. Y es de algo de lo que podemos sentirnos orgullosos. Por eso debemos defenderla a capa y espada y luchar porque cada vez sea mejor.

¿Cuál considera que es su mayor problema actual?

Yo lucharía por conseguir que se acabe con las demoras en las listas de espera, principalmente en los servicios de imagen y pruebas diagnósticas. Es algo que ni se puede ni se debe consentir. No tiene sentido y la Administración podría poner más interés en resolverlo. En Oncología, por suerte, no sufrimos este problema, porque tenemos una media de siete días desde que nos envían un paciente, hasta que es visto y ponemos en marcha los protocolos de tratamiento.