El anuncio de que el Banco Central Europeo (BCE) está planteándose la eliminación de los billetes de 500 euros ha sembrado la inquietud entre sus propietarios, que tratan de sacarlos de debajo del colchón sin dejar rastro.

Antes de que la decisión anticipada hace unos días por el presidente del BCE, Mario Draghi, llegue a ser oficial, los murcianos que tienen en su poder lo famosos billetes morados intentan desprenderse de ellos cambiándolos por otros de un valor inferior, lo que se traduce una mayor afluencia de usuarios a las sucursales de la Región.

Fuentes consultadas por LA OPINIÓN aseguran que la actividad en las ventanillas de las oficinas bancarias se ha multiplicado en los últimos días, aunque las entidades financieras no reconocen que esté produciéndose un repunte en este tipo de operaciones de canje, aduciendo que existen grandes las restricciones del ministerio de Hacienda.

Las normas establecidas contra el blanqueo de dinero obligan a las entidades financieras a dar cuenta a la Agencia Tributaria de cualquier operación en billetes de 500 euros que supere los 3.000 euros. Sentencias recientes han impuesto además la obligatoriedad de registrar cualquier operación de los clientes que utilicen billetes de 500 euros, aunque las instituciones financieras entienden que la notificación a Hacienda no es preceptiva.

El secretario general de la organización de Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, explicó que al no existir un intercambio de información sobre las operaciones inferiores a 3.000 euros, los propietarios «pueden cambiar los billetes de 500 euros por otros de menor tamaño en distintos bancos e incluso en distintas sucursales de una misma entidad». También es frecuente que la cantidad a canjear se reparta entre los miembros de una familia, de forma que cada operación sea realizada por una persona diferente.

Aunque la posesión de billetes morados se asocia inevitablemente al fraude, tal y como se ha podido comprobar en los registros a los personajes de la vida pública implicados en los casos de corrupción más conocidos, su almacenamiento resulta una práctica más extendida de lo que se cree, dado que la economía sumergida coexiste también con las actividades declaradas en la Región.

Ahora, el nerviosismo generado ante la posible decisión del BCE de retirar de la circulación el billete de mayor valor está obligando a sus propietarios a sacar el dinero guardo debajo del colchón. Gran parte de estos billetes ha permanecido depositada en las cajas en cajas fuertes privadas y en cajas de seguridad de las entidades financieras, que en el momento álgido anterior a la crisis resultaban imposibles de conseguir, porque estaban totalmente agotadas.

El representante de Gestha explicó que Murcia ha sido tradicionalmente una de las comunidades a las que se atribuye una mayor concentración de billetes de 500 euros en manos de los ciudadanos, junto con la Comunidad Valenciana, Madrid y Baleares, entre otras autonomías. Recordó que la acumulación de billetes morados se inició con la implantación del euro, cuando los contribuyentes que tenían pesetas guardadas se vieron obligados a cambiarlas a la nueva moneda.

Mollinedo apuntó que el canje de estas pesestas fue uno de los factores que contribuyeron a alimentar la burbuja inmobiliaria, dado que la compra de propiedades permitió blanquear grandes cantidades de dinero que no hubieran visto la luz de no haberse producido una coyuntura como la que propició la moneda única. El representante de los técnicos de Hacienda sostiene que buena parte del dinero negro ha permanecido resguardado en billetes de 500 euros.

Según sus estimaciones, en este momento hay en España unos 34.000 millones de euros depositados en billetes grandes, que ahora deberán salir a la luz, si se hace realidad la decisión del BCE. No obstante, esta cantidad es muy inferior a los 57.000 millones que llegaron a acumularse en 2007.

Mollinedo criticó que en España «no se pide responsabilidades por la colaboración de las entidades financieras» que ayudan a dar salida al dinero negro. Lamentó también la escasez de medios y de personal que tienen la Agencia Tributaria del Estado y la consejería de Hacienda para combatir el fraude.

Por su parte, las entidades financieras consultadas por LA OPINIÓN no reconocen que en sus oficinas se hayan producido operaciones de canje de billetes y recuerdan que la Agencia Tributaria ha establecido grandes restricciones. «El primer curso que reciben nuestros empleados es el de prevención del blanqueo de capitales», aseguraban fuentes de una de las instituciones bancarias con mayor presencia en la Región.