Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil han desarticulado una red que exportaba cebras enfermas a Dubai mediante documentación falsificada, en una operación en la que han sido detenidas tres personas. Pero, además, la investigación ha descubierto que esta misma red también vendía en Murcia, Ávila, Cádiz, Sevilla y Santa Cruz de Tenerife distintas especies de animales, como aves, lobos, lince europeo o nutrias que se encontraban en pésimas condiciones sanitarias.

Para conseguir los documentos necesarios para exportar los animales, los detenidos contaban con la colaboración de una veterinaria y hacían pasar muestras de sangre de burro en buen estado por sangre de cebra, informa la Guardia Civil.

En el marco de la operación "Quagga", se ha registrado la explotación donde supuestamente se realizaba la compraventa de los animales y en ella se ha intervenido diversa documentación, así como certificados falsificados.

Además, se han hallado varios animales, entre los que se encuentran dos cebras que supuestamente habían sido exportadas a Dubai. A los detenidos se les imputan los delitos de falsificación de documento, estafa, maltrato animal y pertenencia a grupo criminal, relacionado todo ello con la venta y movimiento de animales tanto dentro como fuera de España.

Las investigaciones comenzaron en febrero del pasado año a raíz de una denuncia en la que se alertaba de las irregularidades llevadas a cabo por una explotación dedicada a la compra venta de animales que podría estar falsificando documentos y maltratándolos.

Los agentes verificaron que la organización utilizaba la sangre de burros en buen estado a los que hacían pasar por las cebras para lograr los certificados sanitarios de salida al extranjero, ya que es uno de los requisitos necesarios para la salida del país.

Para ello, el cabecilla del grupo contaba con la colaboración de una veterinaria que firmaba los documentos sanitarios sin ningún tipo de control, siendo un trabajador de la explotación el que realizaba este trámite.

Asimismo, la Guardia Civil comprobó que la red en varias ocasiones había vendido animales enfermos que incluso murieron posteriormente o habían procedido, por orden del responsable de la empresa, a su sacrificio mediante el maltrato y sin ningún tipo de eutanasia donde eran incinerados posteriormente en las propias instalaciones.

Para la comprobación de los hechos investigados han sido necesarios los servicios veterinarios de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.