«El arroz está hecho y está en reposo». En unas semanas, como máximo antes de que termine el mes de marzo, un grupo de murcianos, muchos de ellos conocidos por la opinión pública por su faceta profesional y política, se dirigirá a la sede de la delegación del Gobierno en la Región -ahora situada en el edificio multiusos de la avenida Alfonso X de Murcia por obras en el inmueble de Teniente Flomesta- para inscribir en el Registro de Partidos Políticos del ministerio del Interior una nueva formación. «Los papeles ya están listos». Es el anunciado partido regionalista, cuyos promotores ya tienen prácticamente cerrado, a la espera de decidir de manera definitiva el nombre, el logotipo (aunque ya hay algunos esbozos), los estatutos y esperar el sí de la persona que todos quieren que sea el líder: el expresidente Garre.

Según aseguran a este diario algunos de los promotores de este nuevo partido, que prefirieron mantenerse en el anonimato, ya cuentan con personas en casi la totalidad de los 45 municipios de la Región e incluso tienen preparado un local en el centro de Murcia que servirá como sede oficial. Una vez que el partido esté registrado oficialmente, los organizadores quieren convocar una rueda de prensa en Murcia para la puesta de largo oficial. Allí se dará a conocer el nombre y el ideario del partido, que además de la defensa a ultranza de los intereses y reivindicaciones de la Región de Murcia levantará la bandera de la regeneración democrática.

Los promotores quieren que el líder sea Alberto Garre, que todavía pertenece al PP, aunque su relación con el partido, sobre todo con la cúpula, no pasa por su mejor momento. La tensión entre Garre y el PP ha aumentado en las últimas semanas, con la comparecencia del pachequero en la comisión de investigación de la desaladora de Escombreras y el cruce de declaraciones posterior con el presidente Pedro Antonio Sánchez, con el que Garre asegura no hablar desde junio.

Los últimos acontecimientos, según fuentes cercanas a los 'padres' del nuevo partido, han podido terminar de convencer a Garre, que estaría a punto, según las referidas fuentes, de dar el paso de dejar el PP tras más de 30 años de militancia. La confirmación de Valcárcel de que dejará la presidencia del partido a Pedro Antonio Sánchez ha podido ser la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Garre, el único presidente autonómico popular que no fue designado senador tras abandonar el poder tras las elecciones autonómicas de mayo.

Garre, por su parte, ni confirma ni desmiente, aunque esta semana dijo que tiene intención de cumplir el compromiso con su partido como presidente del Comité de Derechos y Garantías. Tiene muy complicado continuar en su puesto orgánico tras el próximo congreso regional.

Alianzas con partidos locales

En sus primeros meses, el nuevo partido regionalista trataría de hacer alianzas con los partidos localistas independientes que se presentan a las elecciones municipales, que han cobrado protagonismo en esta legislatura. Entre estos, los promotores de la nueva formación no descartan la colaboración con Movimiento Ciudadano, que gobierna en Cartagena de la mano de José López. «El partido sería muy cartagenerista», señalan los promotores.

Respecto al nombre, se barajan varias opciones, dependiendo también de si Alberto Garre da o no el paso definitivo. No sería un nombre al uso, un acrónimo, del tipo UPyD, PSOE o PCE. Se baraja un nombre similar a la de los nuevos partidos que han irrumpido en las instituciones, del tipo Podemos o Ciudadanos.

Cuando se constituya, el partido regionalista tendrá tiempo para asentarse, aunque tendría que esperar a 2019 para medir su fuerza electoral, siempre y cuando no se produzca un adelanto de los comicios autonómicos.

La idea es crear una formación similar a la que gobierna Cantabria. Aunque por ahora la gente que está participando en las reuniones es de centro derecha, el partido quiere ser transversal y atraer el voto del ala más centrista del PSOE.