La Región de Murcia aspira a convertirse en la autonomía española con más facilidades para la actividad empresarial al prever una eliminación «radical» de las trabas burocráticas, según el plan de simplificación administrativa en el que trabajan el Gobierno autonómico y la patronal regional CROEM. El presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, y el de los empresarios murcianos, José María Albarracín, firmaron ayer el compromiso que les unirá en los próximos meses en esa dirección, del que no se conocen plazos pero sí un abanico de objetivos generales para evitar silencios administrativos, demoras injustificadas, paseos por ventanillas públicas o fuga de empresas por el hartazgo en la tramitación, entre otros de los problemas a los que hoy se enfrentan.

Tanto el presidente del Gobierno regional como el líder de la patronal han insistido en la importancia de este convenio porque la simplificación de los trámites es uno de los objetivos históricos de los empresarios, y aseguraron que prueba del compromiso de los firmantes con este fin es la presencia de ambos mandatarios en las comisiones que se constituirán para la redacción de los planes de actuación. «No podemos consentir que haya exigencias irracionales, trabas de la administración e innumerables papeles», advirtió Sánchez, quien quiere que Murcia sea «un espacio de libertad económica». Como pasos más inmediatos, citó la aprobación por su Gobierno de un decreto ley de simplificación administrativa para que «todo lo que se pueda eliminar, se elimine», así como la puesta en marcha de auditorías en todos los servicios administrativos para detectar en qué procedimientos están los problemas y erradicarlos.

Por su parte, el presidente de la CROEM subrayó que el convenio firmado supone «un espaldarazo» a la actividad económica de esta región, e insistió en que el fin último de ambas partes es asegurar las mejores condiciones para la inversión y la creación de empleo y evitar que se pierdan ayudas, en unos casos, o la huida de empresas, en otros.