No hay unanimidad en el sector hortofrutícola a la hora de pedir su dimisión, pero sí hay un total acuerdo en mostrar su rechazo a la gestión que el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Miguel Ángel Ródenas, está haciendo de la sequía. También coinciden en reclamarle «que haga su trabajo» y permita a los agricultores tener agua para regar sus cultivos.

Si el lunes el presidente de los regantes del Trasvase, José Manuel Claver, y el de los usuarios de la Vega Alta, Isidoro Ruiz, pedían la dimisión de Ródenas, hoy desde las organizaciones agrarias matizan esta postura. Miguel Padilla, presidente de Coag en Murcia, destacó que la gestión del presidente de la CHS estaba siendo «pésima». «Es incomprensible y provocador que sabiendo cómo está la situación de la Región y teniendo autorización del Consejo de Ministros, haya tardado tanto en soltar el agua de los pozos», dijo, apuntando que entendía la petición de dimisión, aunque «ni la secundamos ni dejamos de hacerlo».

Por último, rechazó «que Ródenas diga que hay agua suficiente para regar, cuando lo cierto esque tenemos dotaciones mínimas y de agua mala de pozo».

Marcos Alarcón, secretario general de Upa, subrayó que pedir su renuncia «es un canto a Cartagena, sobre todo en estos momentos de incertidumbre política». En su opinión, «hay que pedir responsabilidades a quienes deben hacer cumplir sus decisiones e impedir que haga dejación de funciones», en referencia a la Directora General del Agua, al Secretario de Estado de Medio Ambiente y, en último caso, a la ministra.

Desde Fecoam, su presidente, Santiago Martínez, manifestó que «más que pedir que se vaya -porque sería un 'marrón' para el que venga-, lo que reclamamos es que se remangue y le eche arrojo» para que los agricultores «podamos tener agua con la que regar».

José Mª Albarracín, por parte de la patronal Croem, indicó que «siempre estarán del lado de los regantes y los agricultores».

Juan Marín, presidente de los empresarios hortofrutícolas, subrayó que «no entendemos su indolencia y sensibilidad conociendo la situación del campo». Añadió que debido a las altas temperaturas una hectárea de cultivo necesita 3.000 m3 más de agua, «y sólo tenemos agua de pozos salinizados». En lugar de tener un aliado, dijo Marín, «parece que tengamos al enemigo en casa».