Una investigación de las universidades de Granada y Católica San Antonio, de Murcia (UCAM), y la Junta de Andalucía apunta que los jóvenes hacen botelleo por la necesidad de estar juntos y que el alcohol es algo accesorio.

También advierte de que los problemas de esta práctica solo se solucionarán si las administraciones los escuchan.

Las concentraciones de jóvenes alrededor del alcohol se han convertido en un fenómeno emergente ligado a la cultura digital y las redes sociales, según el estudio, y responden a la necesidad de los jóvenes de estar juntos y no a beber, el elemento que provoca la alarma social y que los chavales consideran algo accesorio.

Esta apreciación es uno de los resultados de la investigación realizada por el profesor del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada (UGR) Manuel Amezcua, y el del departamento de Ciencias de la Salud de la UCAM José Palacios.

Entre sus conclusiones, que se recogen en el libro titulado Botellón, riesgo consentido. Claves para comprender el consumo colectivo de alcohol entre los jóvenes, los autores resaltan que los jóvenes conocen perfectamente los riesgos del consumo de alcohol, pero lo consienten porque le otorgan un sentido lúdico acorde a sus expectativas de ocio.