El doctor Luis Gutiérrez llega desde Granada para impartir mañana una conferencia en Molina de Segura, organizada por la Fundación de Estudios Médicos de Molina de Segura. Será a las 17.30 horas en el colegio Paseo Rosales y en ella hablará sobre ´Cómo afrontar con humor las dificultades´.

¿Qué es el humor?

El humor tiene dos vertientes. La que tiene que ver con el estado de ánimo y sus trastornos son la depresión, la euforia, etc. Y el humor como una actitud positiva, incluso cómica, a la hora de afrontar los factores estresantes, a la hora de afrontar la vida.

¿Dónde marcaría la línea roja entre el humor y la burla?

En la burla entra el factor de la tomadura de pelo, de faltar al respeto a una persona. Pero lo que el humor te permite es aprender a reírnos de nosotros mismos. No dar tanta importancia a las cosas que nos pasan, que nos hacen sufrir. Una es despreciativa y la otra constructiva.

Pero no todo el mundo tendrá esa capacidad de reírse de sus propias miserias.

Efectivamente, no se trata de estar siempre con una sonrisa bobalicona puesta. Sino más bien de ser capaz de no angustiarse por nimiedades, tener un espíritu positivo. Cierto que hay personas que tienen en su vida situaciones muy duras, pero no suelen ser las que más te hacen sufrir. Lo que nos hace sufrir no es lo que nos pasa, sino cómo lo afrontamos.

¿Qué papel juega el ser capaz de exteriorizarlos?

Es fundamental. Por eso en las consultas de Psiquiatría lo que tenemos que hacer es dejar que el paciente hable. Cuando cuenta sus problemas se da cuenta de lo sobredimensionado que están muchas veces. Y con ello se gana comerse menos la cabeza, angustiarse menos; se gana, definitivamente, en salud mental.

¿Y tal vez evitar fármacos?

Claro, porque muchas veces buscamos en los fármacos esa paz, ese sosiego, cuando lo que tenemos que hacer es aprender a afrontar las cosas de manera optimisma y no psiquiatrizar los problemas de la vida cotidiana.

Mañana habla en Molina sobre humor y dificultades.

En la conferencia, además de exponer lo que acabo de comentar, me gustaría dar una serie de pautas sobre cómo conseguirlo: conocernos mejor, para saber nuestros límites, virtudes y defectos; afrontar la vida de una manera sencilla, tranquila, fácil; y no estar anclados en el pasado, porque muchas veces el estar centrado obsesivamente en lo mal que lo ha pasado uno no le deja avanzar.

Usted también defiende que se debe educar con humor. ¿Qué defectos le ve a la forma actual de educar?

Uno de ellos es la sobreprotección. Con demasiada frecuencia magnificamos los problemas de nuestros hijos, que son menores. Debido a que en esta sociedad la familia está más desestructurada, los hijos tienen menos apoyos y menos capacidad para afrontar situaciones duras, difíciles. Y pese a que esta sociedad no es más complicada o con circunstancias sociales muy malas, sino todo lo contrario, somos más débiles desde el punto de vista psicológico; nos quejamos mucho más.

¿Entonces hay que enseñarles a luchar?

No se trata de que los hijos no sufran, eso es un error, sino de enseñarles a afrontar el dolor. Además esta sociedad capitalista sólo se basa en el ´tener´ y no en el ´ser´; nos preocupa que nuestros hijos tengan cosas, o aprendan inglés, o viajen mucho... Y lo importante no es eso, sino que sean buenas personas y sepan querer y ser queridos. Ahí es donde veo grandes errores educativos y pedagógicos. Debemos ser conscientes de ello y ver qué hacer para cambiar.

¿Qué le ha hecho la crisis a esta sociedad?

La crisis tiene una lectura positiva: nos ha hecho ver qué es lo importante y cuáles son nuestras capacidades para afrontarla. Esta sociedad es bastante inmadura, con un dominio de lo que yo deseo frente a la razón. Somos muy ´light´ y muy sentimentales. Pero es más importante saber lo que se quiere que lo que se desea. El deseo te hace ser un veleta. Si uno tiene las ideas claras va a por ello cueste lo que cueste. Esta sociedad está descontrolada, es impulsiva y ambivalente, con altibajos. No se debe escuchar sólo al corazón. Mucha gente no sabe lo que quiere y eso genera mucha frustración.