Caliente, a punto de ebullición. Así está el ánimo de los agricultores que dependen del agua de la cabecera del Tajo para regar sus fincas, después de que el Sindicato Central del Trasvase cerrara ayer el grifo, primer día del nuevo año hidrológico, por falta de recursos.

«La situación no es grave, es de UVI», apuntó el presidente de la federación de cooperativas Fecoam, Santigo Martínez, quien exigió a la la ministra Isabel García Tejerina y al Consejo de Ministros que envíen agua «con urgencia, este mismo viernes», porque aún hay capacidad en el Tajo.

Martínez recordó que en el año 92 el gobierno socialista de Felipe González aprobó un trasvase de emergencia de 50 hm3 estando los embalses de cabecera con menos agua, y advirtió de que «el agricultor es capaz de hacer cualquier cosa cuando le falta agua», por lo que saldrán a la calle «y no nos quedaremos en las primeras matas».

«Necesitamos agua de donde sea: 100.000 personas dependen de ello; y si se pierden las elecciones en Castilla-La Mancha, que se pierdan», concluyó.

El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), José Manuel Claver, explicó que en el ministerio, por fin, tienen claro que «ya nos toca», y mostró su confianza en que en pocos días pueda estar cerrado el precio subvencionado para el agua desalada.

Los regantes también esperan que se dé el visto bueno a la compra de 10 hm3 de agua al Júcar; de que se permita adquirir aguas sobrantes en otras comunidades de regantes de la cabecera del Tajo, como Estremera, e incluso a que la cuenca del Segura les haga un préstamo.

"Apelar a la solidaridad"

  • «Debemos apelar a la solidaridad de la cuenca del Segura, vista la situación del Tajo, para que nos preste los recursos necesarios para poder atender todo lo que ya está plantado», indicó el presidente de los productores y exportadores de Proexport, Juan Marín, indicando que «la situación es muy preocupante y llevamos demasiado tiempo esperando a las soluciones del Ministerio».

«Llevamos más de un año esperando a que nos den soluciones sabiendo que la sequía iba a complicar los trasvases; pero están dado lugar a que la ruina llegue al campo», apuntó el presidente de la organización agraria Coag, Miguel Padilla.

Padilla recordó cómo el Ministerio había impedido que se comprara agua sobrante a otras comunidades de regantes y cómo les estaba obligando a echar mano de la desalación «pero sin abaratar el precio, lo que la hace inviable para la agricultura».

A la consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, le tocó explicar lo hecho para paliar la sequía desde la administración central y regional e insistió en que «el Tajo está al límite, pero gracias al Decreto de Sequía, se ha logrado aportar 141 hm3 de agua adicionales». Cachá defendió también que la norma aprobada por el Estado «ha evitado un escenario peor» y reiteró que el gobierno regional sigue trabajado para conseguir otros recursos.

La ministra de Agricultura estuvo ayer en Extremadura, en la inauguración de la Feria de Zafra, donde destacaba la "espléndida evolución" de la Feria Internacional Ganadera (FIG), la de "mayor tradición y la más consolidada" de España, y valoraba su contribución a mantener el sector agroalimentario en "lo más alto a nivel mundial".