La 'guerra' entre los profesionales del transporte de pasajeros y las aplicaciones que permiten que los usuarios se pongan en contacto para pactar viajes de manera particular sigue su curso. La primera afectada fue Uber, que tras las quejas de taxistas y las denuncias recibidas tuvo que dejar su actividad en España. Ahora el turno es para BlaBlaCar.

La aplicación de origen francés ha sido demandada por parte de la Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) ante el juzgado mercantil nº2 de Madrid. La querella ha sido admitida a trámite por competencia desleal, siguiendo los pasos realizados para acabar con Uber, y tendrá que presentarse ante el juez el próximo 1 de octubre para defenderse de las acusaciones. BlaBlaCar se ha defendido mediante un comunicado diciendo que no son «un medio de transporte» e indicando que los usuarios no tienen ánimo de lucro.

José Luis Sánchez es el presidente de la Asociación Empresarial de Transportes Interurbanos de Viajeros en Autobús en Murcia (Fenebús), que también es parte de la demanda ya que de su unión con la Federación Española Empresarial de Transportes de Viajeros (Asintra) surgió Confebus, que es la que realiza la demanda. Sánchez, que también es presidente de Latbus, explica que el impacto de este tipo de aplicaciones y en especial de BlaBlaCar (que es la más famosa) es de más de un 20% en cuanto al número de pasajeros que tienen las empresas. «Una vez que ha pasado lo peor de la crisis deberíamos estar en las cifras de 2006 o 2007. Sin embargo, seguimos estando muy por debajo», considera, y añade que la explicación que dan a este hecho es la aparición de estas aplicaciones.

Cree que «tiene un impacto significativo en los desplazamientos de media distancia con respecto a los que hacen las empresas de manera legal, con una plantilla fija y que pagan sus impuestos», explica el presidente de Fenebús. No tiene ninguna duda de que se trata «de una competencia desleal, no lo hacen para que la gente viaje más barato, sino que buscan un beneficio» y que ellos simplemente piden «lo mismo» que otros sectores. «Los comerciantes se quejan de los vendedores ambulantes y nosotros nos quejamos de este tipo de aplicaciones», argumenta. Además, está seguro de que los que usan este tipo de servicios lo hacen sin saber sus consecuencias: «La gente no sabe la responsabilidad en la que incurren. Algunos van conociendo a través de los medios que el asunto es muy serio, pero a la mayoría parece no importarles. No imaginan el problema que se buscan en caso de un accidente durante el trayecto», concluye Sánchez.

Javier Ortiz, un usuario que usa BlaBlaCar con frecuencia, tanto de conductor como de pasajero, cuenta su experiencia. «El principal motivo para usarlo es el ahorro que conlleva, además de la comodidad de poder pactar un punto de salida y de llegada. Resulta más cómodo que ir a la estación», destaca. Reconoce que entiende los problemas que puede hacer si tiene un accidente y además no se sabe a quién vas a llevar: «De primeras vas a ciegas, pero siempre me ha tocado buena gente que no me ha causado ningún problema. Además, no vas solo y te dan conversación, es como llevar a un amigo».

Las diferencias de precio de las que hablan los usuarios para abandonar los autobuses y usar estas aplicaciones existen. En el caso de un viaje a Madrid el próximo domingo con una empresa de autobuses, el precio más barato es de casi 30?, por los entre 15 y 20? desde los que se ofrecen los trayectos en BlaBlaCar. Ahora queda en el usuario si se queda con el precio o valora otros aspectos también.