El sector crítico del sindicato Comisiones Obreras (CC OO) solicitó a sus integrantes que voten en el congreso extraordinario del 14 de noviembre el fin del continuismo en la organización, que identifican con la candidatura de Ángel Soler. Así lo afirmaron ayer en la presentación de un maifiesto para este congreso en el que el dirigente crítico José Alarcón pidió la transformación del sindicato que «se está jugando su futuro».

Alarcón declaró que el sindicato «se ha ido alejando de los trabajadores cuando peor lo están pasando». Añadió que «hay que volver a apostar por un sindicalismo de clase» y abandonar el diálogo social como única estrategia sindical.

El también dirigente crítico Diego Zaplana dijo que no ellos no presentarán una candidatura a la secretaría general para el congreso, pero estudiarán presentarse a la ejecutiva regional y también un posible apoyo a la única candidatura alternativa a la de Ángel Soler, dirigida por Salvador Soto.

De este congreso extraordinario saldrá la dirección encargada de sustituir a la actual gestora que gobierna el sindicato en Murcia, a la cual Alarcón ha acusado de partidismo en favor de la candidatura de Soler.

El manifiesto de los críticos, que suponen el 15% de la representación regional, aboga por limitar el número de personas que cobran del sindicato, realizar consultas internas a los afiliados sobre temas de importancia, así como superar el diálogo social como única estrategia sindical.

Los críticos también mostraron su intención por avanzar en la autofinanciación del sindicato para aumentar su autonomía frente a «un Gobierno regional al que te puedes enfrentar con menos fuerza cuando este te da las subvenciones», señaló Alarcón.

También se han exigido normas congresuales más democráticas porque las actuales "permiten que los aparatos se impongan a las ideas", y han denunciado que no se les permita participar en las asambleas sin el permiso de la dirección.

Una democracia interna que también han pedido a los empresarios en el funcionamiento privado de sus sociedades y han criticado las reformas laborales de PP y PSOE que han creado la figura de los "trabajadores pobres".

Desde el sector crítico califican el periodo de dirección de la gestora en Murcia como "una guerra", en la que, según dicen, se han "lesionado políticamente" las distintas facciones del sindicato y que, esperan, llegue a su fin tras el congreso de noviembre.