Los genes determinan la aparición de una miopía o un astigmatismo, mientras que las cataratas surgen como consecuencia de los factores ambientales a los que está expuesto una persona a lo largo de su vida, pese a que el componente hereditario también influye. Es la conclusión de dos estudios, aplicados sobre hermanos gemelos y mellizos, que ha elaborado el Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia, dirigido por el catedrático aragonés y murciano de adopción Pablo Artal.

El equipo del Laboratorio ha logrado medir de forma «microscópica y precisa», según cita el propio Artal, las partículas de la superficie de la córnea y el cristalino para detectar las reacciones entre gemelos y mellizos. Para ello, los investigadores han examinado a un total de 29 hermanos gemelos y a otros tantos mellizos y que tenían diferentes edades, según avanzó ayer la agencia SiNC. El resultado de las pruebas ratifica que las lentes de los hermanos idénticos permanecen invariables con el paso del tiempo, mientras que los ojos de los mellizos sí presentan cambios.

«Las personas que comparten carga genética, es decir, los hermanos gemelos, tienen los ojos como dos gotas de agua, idénticos, aunque tengan más de cincuenta años», explica Pablo Artal. Sin embargo, el segundo estudio detalla que la carga genética no es tan decisiva en la transparencia del ojo, cuyo efecto acusado deriva en cataratas (lo que se conoce como «ojo cansado»), sino que ejerce una influencia compartida con la experiencia ambiental. «Es decir, es imposible que un gemelo padezca miopía y su hermano no. En cambio, uno de los dos hermanos sí puede tener cataratas», aclara el catedrático.

«Han sido dos largos años trabajando con este compleja investigación», explica Artal, agregando que el propósito «era medir las características y los parámetros de los ojos para conocer las razones de los defectos visuales (miopía, hipermetropía y el astigmatismo), así como la difusión de la luz (la transparencia)». Ambas cuestiones cuentan con otros estudios anteriores, pero «ninguno ha medido de modo micrómetro los ojos», relata. «Una tarea que hemos podido realizar gracias a los instrumentos que contamos en el Laboratorio, además de la colaboración del Servicio de Oftalmología del hospital de La Arrixaca y el Registro de Gemelos de Murcia.

«Con este trabajo podemos aportar más soluciones para los defectos visuales, así como podemos desarrollar tratamientos precoces para evitar las cataratas», zanja Artal sobre un estudio que fue presentado hace un mes en un congreso de oftalmología en EE UU.