En el año 1994 un joven de 18 años concedía una entrevista al desaparecido Diario 16 en la que manifestaba su preocupación por el avance de la droga en su municipio y pedía la dimisión de los responsables municipales por no hacer nada para combatir esta lacra. El entrevistado se llamaba Pedro Antonio Sánchez López, era presidente de Nuevas Generaciones del PP en Puerto Lumbreras e iba a comenzar ese año la carrera de Ciencias Políticas en Granada.

Más de 20 años después, aquel joven, que entonces lucía una buena pelambrera, va a ser presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, después de atravesar un camino que al principio parecía lleno de rosas pero que se fue complicando con el tiempo.

La trayectoria de Pedro Antonio Sánchez, pese a lo que decía en aquella entrevista de la juventud, ha estado centrada en la actividad política, aunque él asegura que ha trabajado toda su vida en los negocios familiares y que le gustaría formar una pyme en el futuro. Hizo las prácticas de la carrera en el Palacio de San Esteban y su trabajo debió gustar a Valcárcel y Antonio Gómez-Fayrén, porque en 1999 lo nombraron director general de Juventud, el primer cargo que ocupó. Desde entonces, se convirtió en el líder indiscutible de una generación de jóvenes (como Paco Abril, Jesús Cano, Verónica López,...) que le han acompañado durante su trayectoria, celebrando sus éxitos y arropándole en las adversidades.

Su primer gran reto político fue intentar ser alcalde de Puerto Lumbreras, un municipio de tradición socialista. Lo consiguió a la primera y transformó de arriba a abajo la localidad. Sus vecinos deben estar contentos con su gestión, pues se presentó dos veces más a la reelección y obtuvo cada vez más votos y más concejales, llevando al PSOE casi a la marginalidad.

Ya en esos años se le señalaba como posible sucesor de Valcárcel cuando dejara la presidencia regional, sobre todo a raíz de un artículo de Ángel Montiel en LA OPINIÓN (´Sigan a este tipo´) que a él le pilló en pleno viaje de novios con Nuria Navajas, su mujer.

Pero primero fue avanzando dentro del PP regional, convirtiéndose en vicesecretario de Organización. El proceso sucesorio se inició en el verano de 2013, cuando fue nombrado consejero de Educación. Todo estaba preparado para el relevo en San Esteban, pero un auto judicial le cortó el paso. Este contratiempo hubiera hundido a cualquiera, pero él conservó la calma. Solucionó sus problemas judiciales y fue candidato en las elecciones. Tras una intensa campaña, logró frenar la caída general del PP y se quedó a un escaño de la mayoría absoluta, por lo que tuvo que negociar con Ciudadanos.

Ahora que está a punto de ser presidente, vuelven los problemas judiciales y su mandato podría ser breve, demasiado breve. Pero pase lo que pase, él ha cumplido su fin: renovar el PP y mantenerlo en el Gobierno regional.