La salud ambiental es un concepto que cada día tiene más importancia en nuestras vidas. Lo que comemos, el aire que respiramos, la calidad del agua que bebemos son cosas que influyen en nuestra salud. María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estuvo ayer en la Región para participar en el XIII Congreso de Salud Ambiental que reúne a expertos de todo el país en Cartagena hasta el viernes. Antes de llegar a la ciudad portuaria, Neira pasó por la Universidad de Murcia para dar una conferencia titulada Emisión electromagnética y salud, balance de la Organización Mundial de la Salud

Estamos rodeados de teléfonos y dispositivos móviles, lo que implica cada vez más ondas en el aire. ¿Son peligrosas para nuestra salud?

La OMS ha estudiado mucho esta cuestión a lo largo de los últimos diez años por si supusiera un riesgo, como se hace con cualquier nuevo factor que se convierte en habitual en nuestro estilo de vida. Hasta el día de hoy, con la información científica que disponemos, todos los mecanismos de control que se han puesto en marcha indican que estas ondas no suponen ningún peligro para la salud.

A pesar de todos esos estudios, hay quien sigue teniendo mucho miedo.

No hemos demostrado que las antenas o el uso de móviles sea peligroso, pero obviamente recomendamos un uso de sentido común. Es decir, que siempre que se pueda se utilice el manos libres para hablar y que las antenas se ubiquen en lugares apropiados. Y luego otra cuestión que mucha gente no relaciona con la salud y es que también es aconsejable no usar muchas horas estos dispositivos para salir de las redes sociales y socializarse cara a cara; algo muy saludable para nuestra salud mental.

Justo ayer Ecologistas en Acción publicaba un informe en el que asegura que el 95% de la población en España y en la Región respira aire contaminado. ¿Hasta qué punto afecta esta situación a nuestra salud?¿Podemos revertirlo?

La Organización Mundial de la Salud calcula que la contaminación del aire provoca cada año siete millones de muertes prematuras en el mundo. Es uno de los problemas de salud pública más importantes. Incluso en los países europeos, con más políticas de salud pública que los países emergentes. La contaminación ambiental es uno de los factores de riesgo para la salud más importantes que existen. Atajar el problema quizá es demasiado ambicioso, pero es cierto que en los últimos veinte años hemos avanzado mucho en esta materia; debemos seguir haciéndolo.

Las ciudades cada vez intentan ser más sostenibles, potenciar el uso de la bicicleta, pero ¿realmente se está haciendo un buen trabajo? ¿Hasta qué punto las sociedades están preparadas?

La salud urbana es fundamental y debemos avanzar hacia ciudades en las que sea posible practicar actividad física. Correr, caminar, ir en bici... y en las que el uso del transporte público sea sostenible. En este sentido los ciudadanos también deben ejercer su papel de responsabilidad presionando a los políticos para que consigan este entorno.

Nos va mucho en ello...

Ganaríamos años de vida y, sobre todo, calidad de vida. Las enfermedades respiratorias, cardiovasculares, el asma, las alergias... están relacionadas con la calidad del aire.

Ha dicho usted que la calidad del aire es uno de los problemas que más preocupa a la OMS... ¿la obesidad es otro?

Desde luego la obesidad es uno de los retos de enfermedades no trasmisibles más importantes que tenemos. Precisamente uno de los factores de riesgo es el sedentarismo, que también se potencia con la vida urbana que no facilita el ejercicio físico. Hay que trabajar en este ámbito, pero también desde las políticas para evitar que los alimentos más baratos sean los menos saludables y la publicidad que potencia su consumo.

Los países emergentes no parecen que estén aprendiendo mucho en ninguno de estos temas de los errores cometidos por otros países...

Eso es clave, porque ellos no tienen por qué cometer los mismos errores. Pueden tener desarrollo económico con políticas de sostenibilidad. Como dijo Ban Ki-Moon, no tenemos otro planeta, no tenemos un plan B.