La Región de Murcia sigue siendo una de las comunidades autónomas que mantiene un saldo vegetativo positivo, con más nacimientos que defunciones, algo que no pueden decir en nueve comunidades autónomas. En concreto, a lo largo del 2014 hubo en la Región 5.946 nacimientos más que muertes. Murcia es la cuarta comunidad con un mejor saldo positivo, tras Madrid (22.172), Andalucía (15.673) y Cataluña (10.463).

En 2014 nacieron en España 426.303 niños, 588 más que el año anterior (un 0,1 %) lo que supone la ruptura de la tendencia decreciente que se había iniciado en 2008 y que había acumulado un descenso del 18 % en el número de nacimientos en los últimos cinco años.

Según la estadística del Movimiento Natural de la Población e Indicadores Demográficos, difundida ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa bruta de natalidad se situó en 2014 en 9,1 nacimientos por cada mil habitantes, igual que en 2013, por lo que se detiene así la tendencia decreciente iniciada en 2008.

El número de nacimientos aumentó en 10 CCAA y los mayores incrementos se dieron en Canarias (3,1 %) y Extremadura (3 %) Ceuta (10,6 %) y Melilla (7,6 %), mientras que los mayores descensos se dieron en Cantabria (5,5 %), Castilla La Mancha (4,4 %), La Rioja (2,5 %) y Asturias (1,1%).

Sigue descendiendo el número de mujeres en edad fértil (10,98 millones frente a las 11,20 de 2013), pero crece el número de hijos por mujer, que pasó de 1,27 en 2013 a 1,32 en 2014.

De los 426.303 nacimientos que tuvieron lugar en España el pasado año, el 17,8 % fueron de madre extranjera, frente al 18,6 % del año anterior. El aumento de la fecundidad se apreció tanto entre las españolas (1,27 hijos por mujer, cuatro centésimas más que en 2013), como en las extranjeras (ocho centésimas más hasta los 1,61 hijos), si bien el incremento fue más notable para estas últimas.

La edad media de maternidad se elevó a 31,8 años en 2014, frente a los 31,7 del año anterior y, en términos medios, las madres españolas tienen a sus hijos tres años más tarde que las extranjeras.

En ambos casos, continuó la tendencia a retrasar la edad media a la maternidad.