La consejera de Sanidad y Política Social, Catalina Lorenzo, puso ayer fin a los actos conmemorativos del 40 aniversario del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca con un discurso en el que alabó «el esfuerzo, la dedicación, la actitud, cercanía e implicación de sus profesionales» durante todo este tiempo.

Sin embargo, el centro de todas las miradas fue el jefe del servicio de Cirugía General y Digestiva de la institución, el doctor Pascual Parrilla. En segunda fila, casi como queriendo utilizar al aún alcalde en funciones de Miguel Ángel Cámara como escudo para tapar los flashes, el catedrático recibió el reconocimiento de los allí presentes.

«Una eminencia», «un referente». Pero, sobre todo, la mejor imagen para ilustrar este cumpleaños tan especial del complejo hospitalario público murciano. Pues 40 no, pero 38 años y una carrera con «decenas y casi centenas de logros específicos» avalan a este veterano cirujano.

Su intervención, que precedió a la de la consejera, aglutinó en la sala a familiares, compañeros, alumnos y hasta pacientes, muchos de ellos, mirando con devoción absoluta a su protagonista. Entre ellos, el rector de la Universidad de Murcia, José Orihuela, que observaba con complicidad a una de las grandes voces de la comunidad médica que se ha postulado contra las prácticas de la UCAM en hospitales públicos como la Arrixaca.

Pero ayer no era un día para lo polémica. Era un día de homenaje para el más experimentado y brillante del personal del centro. Aunque él mismo se niegue a reconocerlo. «¡Pero no para mí! Para la institución», insistía Parrilla cuando era preguntado por el acto; aunque luego no pudiera evitar reconocerse en estos 40 años de la Arrixaca: «Yo a lo mejor he tirado mucho del Hospital. Ahora ya va casi solo, pero hubo unos años en que si que había que empujar».

Y, aún así, a pesar de seguir al pie del cañón desde 1977, no se siente un referente. «En todo caso para los cirujanos de mi servicio, a lo mejor. O para mis alumnos, los que tengo en clase. Pero para el resto del hospital no», aseguraba Parrilla, que al término de la ceremonia recogía un obsequio de manos de Catalina Lorenzo y el director gerente de la Arrixaca, Domingo Coronado, que reconoció la labor investigadora de Parrilla en el centro.

De hecho, es esta faceta de la medicina es el gran caballo de batalla de Parrilla, que defiende a los médicos, no como «obreros o artesanos», sino como «científicos con capacidad de contribuir al progreso de la ciencia». Y por ello, porque cree que todavía tiene fuerzas para seguir aportando a la comunidad, no piensa en retirarse, a sus casi 71 años: «Como suelo decir, aquí jubila el de arriba».