El presidente de la Comunidad Autónoma, Alberto Garre, se pronunció ayer en Lorca sobre la posibilidad de que la dimisión del consejero Antonio Cerdá sea una maniobra para quitarle al magistrado instructor Manuel Abadía, el azote de Valcárcel, la investigación del caso Novo Carthago. «Yo creo en lo que -Cerdá- ha dejado por escrito. No quiero creer, porque sería muy grave, lo que, sin embargo algunos medios de comunicación han dicho» para justificar su salida del Gobierno, señaló Garre, tras lo que reconoció que no se esperaba que el consejero dimitiría ayer, aunque si conocía su intención de dejar el puesto por su imputación en el caso Novo Carthago. Garre, desde que es presidente, se ha mostrado contrario a la presencia de imputados en los cargos públicos y las listas electorales. En alguna ocasión apeló «a la generosidad» de Cerdá y Pedro Antonio Sánchez para que abandonaran el Gobierno.