La falta de sintonía del presidente de la Comunidad Autónoma, Alberto Garre, con parte de la dirección del PP regional se hizo evidente de nuevo ayer con un cruce de declaraciones sobre la corrupción, el tema que más separa al jefe del Ejecutivo y al partido, donde empieza a cansar la insistencia del presidente en pronunciarse sobre este asunto.

Garre comentó ayer el barómetro realizado por el Colegio de Economistas, en el que se señala que la corrupción alienta el fraude fiscal y las subidas de impuestos, admitiendo que existen «conductas ilícitas» de políticos dedicados «al interés egoísta de unos pocos», una situación a la que los partidos deben «ponerle remedio», según el presidente.

«Cuando los ciudadanos te otorgan una confianza para cuatro años, esa confianza no puede quebrar ni un solo día porque, como quiebre, es muy difícil de recuperar», indicó Garre, quien recordó que «no sólo hay imputaciones», sino también «sentencias condenatorias» contra dirigentes políticos.

Horas después, al portavoz del PP regional, Víctor Martínez, le preguntaron por las palabras de Garre, recordándole que su partido, el PP, «es el más ha trabajado para perseguir todas estas conductas ilícitas» que «no son patrimonio de nadie». Martínez instó a que sean los jueces «los que determinen quién es culpable y quién no, separando la esfera política de la esfera judicial».

Garre ha demostrado que no tiene pelos en la lengua cuando se tiene que referirse a los asuntos de corrupción. Esta semana declaró delante de Miguel Ángel Cámara que no es partidario de que los imputados vayan en las listas. En sectores del PP esta insistencia causa cierta incomodidad.