A las 18,15 horas de ayer quedó visto para sentencia el primero de los juicios que por la gestión de la CAM se celebra en la Audiencia Nacional.

Después de cinco sesiones, la de ayer estuvo copada íntegramente por las defensas entre la que destacó la que en representación de quien fuera director general de la caja durante una década, Roberto López Abad, ejerce el penalista Javier Boix. En el tono didáctico que él atribuye a su faceta como catedrático arrancó el letrado criticando la presencia de su cliente en este proceso en la que se le metió, dijo utilizando una expresión valenciana, «de calbot», es decir, a última hora y sin venir a cuento y con el único objetivo, remarcó, «de mantener la competencia de la Audiencia Nacional».

Tras arremeter contra las acusaciones por la «inconcreción» de sus argumentos contra López Abad (a quien se le atribuye haber creado un comisión de control en una filial de la CAM con el mero objeto de pagar más a sus miembros, que eran los mismos que los de este órgano de la caja), Boix reiteró no sólo la inexistencia de delito en los hechos que se imputan a su cliente sino la legitimidad de la CAM y del Fondo de Garantía de Depósitos como perjudicados en el caso de que el tribunal no estimara su petición de absolución para López Abad.