La Región de Murcia tiene a la desertificación o pérdida de suelo fértil entre sus riesgos naturales más importantes, y su avance va a afectar a un 40 por ciento de la superficie, es decir, a casi medio millón de hectáreas.

Estos son los datos que se recogen en el Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND), en el que se indica que hay 206.601 hectáreas en la Región con riesgo muy alto de desertificación, (18,27%), y 283.831 hectáreas (25,10%) con riesgo alto. Por zonas, son el Altiplano, áreas de los campos de Cartagena y Murcia y el litoral, los más afectados en la Región. Estas áreas coinciden, además, con las que tienen una mayor sobreexplotación de los acuíferos.

La catedrática de Geografía Física de la Universidad de Murcia, Asunción Romero Díaz, explica que tras el término de desertificación se esconde un proceso muy complejo que incluye numerosos factores. En el caso del estudio que se ha hecho para España (PAND) tan sólo han considerado cuatro: aridez, erosión, incendios forestales y sobreexplotación de acuíferos.

La ONU, tras dos años intensos de trabajo, ha proclamado a 2015 como el Año Internacional de los Suelos, para hacer un llamamiento sobre la importancia del suelo como fuente de alimentos así como para el correcto funcionamiento de los distintos ecosistemas de la Tierra.

En este marco, el presidente del Colegio de Geólogos de España, Luis Suárez, comenta que en toda la zona del sureste español el riesgo natural más importante es la erosión, que se ha visto acelerada en la última década, aunque, curiosamente, la degradación de los suelos se está extendiendo hacia el norte. La creciente aridez climática y la presión urbanística son dos factores que están potenciando esta situación.

En su opinión, la Región de Murcia tampoco debe olvidarse de otro importante riesgo natural: Los terremotos. "El que ocurrió en Lorca en 2011 pudo sorprender a la gente, pero lo cierto es que en esta Región se han venido produciendo seísmos a lo largo de la historia, y la culpa la tiene la falla de Alhama. No es ningún castigo divino", apunta Suarez y añade que incluso el diluvio universal fue un fenómeno geológico.

Otros factores

Según el presidente del Colegio Oficial de Geólogos, además de las inundaciones -que suponen el 50 % de las pérdidas económicas causadas por desastres naturales- la salinización de los acuíferos, la desertización y la erosión del terreno se encuentran entre los principales problemas medioambientales del país.

A nivel mundial, un tercio de todos los suelos se degradan, debido a la erosión, compactación, salinización, agotamiento de la materia orgánica y nutrientes, acidificación, contaminación y otros procesos causados por prácticas insostenibles de gestión del suelo, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FASO).

Un centímetro de suelo puede tardar hasta 1.000 años en formarse, explica esta agencia de la ONU en la web que ha puesto en marcha con motivo de la celebración de dicho año internacional. "Es muy importante evitar esta lenta e imparable pérdida, porque sin un suelo sano se arrasa cualquier tipo de vida", señala el geólogo, añadiendo que "El suelo nos protege".

Desde el Colegio de Geólogos se aboga por incrementar la concienciación de la ciudadanía para contribuir a la conservación del patrimonio natural y, para que los poderes se sientan empujados a actuar por la presión social. Su preservación es el único camino para evitar la erosión, un proceso "muy peligroso" que una vez se produce tiene un "desarrollo exponencial", dice Suárez.

Por eso, en su opinión el Gobierno murciano debería tomar medidas contra los riesgos geológicos más importantes, como los terremotos, las inundaciones y la erosión del suelo para prevenir sus graves efectos.

Cambio climático

Además de la presión demográfica y urbanística, la degradación de los suelos tiene un claro enemigo en un clima mediterráneo que «cada vez es más árido» como consecuencia del cambio climático. "Estamos observando una reducción importante de las precipitaciones y eso está haciendo que el suelo se resienta mucho", advierte el geólogo.

En su opinión, uno de los modos más eficaces de luchar contra la desertización y erosión es combatir el cambio climático, reduciendo las emisiones contaminantes de dióxido de carbono, CO2, el principal gas responsable del calentamiento de la temperatura del planeta.

"Lo más importante es la concienciación ciudadana, porque una persona informada es una persona que prevé problemas como la desprotección del suelo y sus consecuencias presentes y futuras", defiende Luis Suárez.

Según la FASO, los suelos sanos no sólo constituyen la base para los alimentos, combustibles, fibras y productos médicos, sino que también son esenciales para los ecosistemas y desempeñan un papel fundamental en el ciclo del carbono, almacenando y filtrando el agua.