Los canales del Trasvase Tajo-Segura se han convertido en una vía de entrada incontrolada de especies de peces exóticas invasoras en la cuenca del Segura, que si nadie pone coto, acabarán por eliminar a las especies autóctonas de este río.

Esta es una de las conclusiones del estudio sobre especies invasoras en la cuenca llevadas a cabo por el Departamento de Zoología y Antropología Física de la facultad de Biología de la Universidad de Murcia. Así lo explicó Francisco José Oliva, profesor de dicho departamento, que participó ayer en las jornadas científicas sobre especies invasoras en el ámbito ripario (de ríos y sus ecosistemas) organizadas por la Confederación Hidrográfica del Segura.

«Muchas de estas especies invasoras han entrado por el Trasvase y se han dispersado por los canales; como resultado final, tenemos una cuenca con un nivel de contaminación biológica altísimo en lo referente a los peces», argumentó Oliva, quien reconoció que si bien el Segura se ha recuperado de los niveles de contaminación química, «sigue teniendo un impacto drástico en la abundancia de especies exóticas».

La cuenca del Segura se caracteriza por el gran cambio producido en su comunidad de peces en sus últimos 30 ó 40 años. Hemos pasado de tener 4 ó 5 especies nativas, por ser una cuenca con poco riqueza de especies, a tener actualmente más de 19.

«El problema no es que hayan aumentado, sino que todas las nuevas son exóticas invasoras, que han provocado la desaparición de, al menos, tres de las autóctonas», dijo Oliva.

Así, han desaparecido en el tramo medio de la cuenca especies como los chirretes o los cachos; yt el fartet y el samaruc son dos especies muy amenazadas. Hay publicaciones antiguas en las que se citaban estas especies en los propios canales de la huerta de Murcia, y en su tramo urbano, pero ya han desaparecido. Sólo sigue encontrándose algún fartet en los humedales de la costa o en el río Chícamo (Abanilla). La trucha común es otra especie que era habitual en Calasparra. Ahora se encuentra alguna, pero muy aguas arriba del Cenajo (Albacete).

El profesor lamentó que hasta el momento las autoridades no hayan puesto ningún tipo de filtro de entrada a esos peces. «No se está actuando con seriedad, y al menos se debería controlar tanto en la entrada como en la dispersión, en el caso del Trasvase, por los canales».

«En poco tiempo nos podemos quedar sin muchas de las especies nativas, sin duda, por que hay especies que pueden ser portadoras de enfermedades o depredadoras sin más», apuntó Oliva y añadió que «toda la fauna propia del Segura, incluso los barbos y truchas de cabecera, están en una situación muy problemática».

La pesca deportiva es otra fuente de entrada incontrolada de especies invasoras. «Tampoco este sector se ha controlado lo suficiente ni se ha gestionado con criterios ambientales», comentó Oliva añadiendo que la pesca deportiva bien gestionada y con asociaciones concienciadas puede incluso ser una herramienta de conservación.

Ahora, en cambio, muchas asociaciones de pescadores «están teniendo problemas con las especies que ellos mismos han introducido y están muy cansados de la lucioperca o del lucio, porque no pueden pescar barbos y las truchas apenas si se ven», concluyó Oliva.