El exconsejero Manuel Campos, quien presentó el lunes su dimisión irrevocable como responsable regional de Fomento, Obras Públicas y Ordenación del Territorio, ya tenía tomada su decisión desde hace unos días. Si no, no se explica que la mañana del pasado sábado acudiera a su despacho en la Consejería, situada en la Plaza Santoña de Murcia, para recoger sus pertenencias, y vaciar las instalaciones de la sexta planta del edificio para la llegada de su sustituto, Francisco Bernabé.

Así lo ha podido saber LA OPINIÓN de fuentes del Gobierno regional, que señalan que Campos no dio explicaciones de por qué había vaciado su despacho. Al principio nadie le dio importancia, pero vista su reacción del pasado lunes, han aumentado las sospechas de que la dimisión no fue espontánea, sino que llevaba tiempo barruntándola y esperó a hacerla efectiva durante la reunión que el presidente Garre y él mantuvieron el lunes en Madrid con la ministra de Fomento, Ana Pastor.

Campos estuvo en la mañana de ayer en la Consejería. Esta Redacción se desplazó al edificio de la Plaza Santoña para ofrecerle la oportunidad de que justificara los motivos de su dimisión, pero desde su gabinete señalaron que no iba a hacer declaraciones. En la Consejería, prácticamente dejó el equipo que heredó del anterior consejero, Antonio Sevilla. Su única incorporación nueva fue el secretario general, Amador López, quien también presentó su dimisión tras ser imputado en el caso Roblecillo, de presunta corrupción en Caravaca de la Cruz.