Las Universidades Públicas de la Región de Murcia, la Universidad de Murcia (UMU) y la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), volvieron a cumplir ayer con la reciente tradición de unirse para celebrar la apertura oficial del curso académico y, por primera vez en dos años, el acto pudo desarrollarse con normalidad y sin protestas de estudiantes o sindicatos contra los recortes. El escenario volvía a ser la facultad de Economía de la UMU, donde hace dos años hubo que suspender el acto académico. El curso pasado, en Cartagena, las protestas complicaron el acto, pero no impidieron su desarrollo.

Y con la vuelta a la normalidad académica -cuyo mérito atribuyó el presidente de la Comunidad, Alberto Garre, al rector José Orihuela (UMU) tras apenas 129 días de mandato, en un comentario que sorprendió a los presentes- volvieron las reivindicaciones en los discursos y las llamadas para conseguir, entre todos, hacer de las universidades el motor económico que necesita la Región de Murcia.

José Antonio Franco, rector de la UPCT, lo expresó de manera gráfica al invocar en su discurso el espíritu que hace un siglo vivió la sociedad murciana y que permitió que en diciembre de 1914 el Gobierno nacional, después de una intensa campaña política y social en toda la Región, aprobara la creación de la Universidad de Murcia, de la que más tarde nació la UPCT. En estos momentos, aseguró Franco, «este mismo apoyo vuelve a ser imprescindible» para superar la difícil coyuntura económica y lograr que las universidades puedan ser las promotoras del cambio y contribuir al desarrollo de «una estrategia regional inteligente» que permita a la Comunidad «no perder el tren europeo de la transformación».

«La UMU y la UPCT estamos preparadas para afrontar el reto» de ayudar con investigación y desarrollo a la Región de Murcia, recalcó Franco.

Del centenario de la Universidad de Murcia también habló, lógicamente, José Orihuela. El rector de la UMU, que admitía antes del inicio del acto estar algo nervioso por su estreno en una ceremonia de este tipo, recordó la gran aportación de la Universidad de Murcia al desarrollo regional a lo largo de estos cien años de historia. «Hemos hecho mucho, pero queda mucho por hacer», avisó Orihuela, para reclamar después a la Comunidad Autónoma la financiación adecuada para poder seguir desarrollando propuestas.

El rector dedicó también palabras cariñosas a sus alumnos, motivación de sus acciones de Gobierno: «Os han dicho que no se puede, pero yo digo que sí se puede», afirmó el rector; que, sin embargo, admitió que, en ocasiones «los sueños se topan con la tozuda realidad», que en este momento es económica.

Mucho hueco en la sala

Al margen de los discursos oficiales y las declaraciones de intenciones de unos y otros, si hubo algo que se comentó ayer entre los asistentes fue el gran número de sillones libres en el salón de actos de Económicas, algo nada habitual en los eventos celebrados en la Universidad de Murcia.

Apenas se vieron representantes políticos, aunque los había, y la presencia sindical brillaba por su ausencia, como también escaseaban los representantes del mundo empresarial de la Región, sectores que suelen estar siempre representados en este tipo de actos.

No faltaron los anteriores rectores, José Ballesta y José Antonio Cobacho. Ambos están de vuelta ya en sus tareas de profesores universitarios, en Medicina el primero y en Derecho, el segundo. Ambos explicaron por los pasillos que han vuelto a su actividad docente con ganas y mucha ilusión.

Tampoco se perdieron la apertura los miembros de la Orquesta Universitaria, que volvieron a deleitar con versiones adaptadas de clásicos y de temas contemporáneos. En esta ocasión eligieron una de las canciones centrales de la película Armas de Mujer, el tema Let the river run del compositor Carly Simon.

La orquesta cumplió su misión de enriquecer un acto en el que también fueron protagonistas el profesor Francisco José Murillo Araujo, que leyó la lección inaugural titulada Genomas, más genomas; así como el funcionario retirado de la Universidad de Murcia, Joaquín Sánchez, fue galardonado con el premio José Loustau a los valores universitarios.