La escritora Isabel Mª Abellán es profesora de Historia y trata de crear literatura aprovechando su conocimiento amplio en la materia. En sus propias palabras, «utilizo la Historia para crear una ficción».

¿Qué quiere decir el programa del ciclo cuando se habla de un «miedo que tiene como objetivo el silencio»?

Está claro que la represión no es represión sin silencio. Ahora mismo hay personas que son deshauciadas, echadas de sus propias casas... no se puede aguantar una situación así. No puedo ni imaginarme lo que es vivir esto desde dentro, y por eso la gente se manifiesta. Se manifiestan por solidaridad por todos aquellos que sufren, y esa manifestación solidaria siempre se convierte en represión.

Ese es el objetivo del miedo, pero... ¿cuál es el objetivo del ciclo que ha sido organizado?

Nosotros lo que queremos con nuestros relatos, poemas, canciones... es aportar un pequeño grano de arena para que se haga visible esta situación de la que he estado hablando. Necesitamos hacer ruido para que nos escuchen de verdad.

¿Cree que la poesía es un arma tan valiosa y destructiva como lo puede ser un arma de fuego?

Por ponerte un ejemplo, Miguel Hernández fue encarcelado porque su poesía había sido creada para alentar a los soldados, para ejercer como la voz que hacía que los combatientes de su bando aguantaran el embite día tras día. Por ello la poesía, la música, y la cultura en general, no hace un daño físico en las personas, pero reivindica la vida, y eso la hace mucho más peligrosa. Ideológicamente, es mucho más poderosa que cualquier arma.

¿Por qué últimamente todas las manifestaciones se convierten en batallas campales?

Cuando aprietas a las personas sin parar, terminas por romperlas. Se pudo ver en la marcha organizada hace unos días en Madrid, en la que hubo detenciones por parte de las autoridades pertinentes. Pienso que cuando le niegas a las personas sus necesidades básicas, se crea un clima de violencia que difícilmente se puede revertir. El terrorismo de estado se encarga de provocar, y eso es represión.