Son unos días de emociones y recuerdos para María Jover Carrión (Murcia, 1943), la magistrada-presidenta de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia. A finales de mes pondrá fin a casi 42 años en la carrera judicial, y este mediodía sus compañeros la homenajean con una comida en el hotel 7 Coronas. La primera mujer que accedió a la judicatura, la mujer que juzgó a la parricida de Santomera, se despide «con la conciencia tranquila».

Fue usted la primera mujer que ingresa en la carrera judicial en España, en 1972. ¿Cómo lo hizo para romper los prejuicios durante los primeros años?

No tengo la percepción de que fuera muy complicado. Yo empecé a trabajar en marzo de 1972 en un municipio de Huesca, llamado Fraga. Mi llegada se recibió bien en el pueblo, aunque con cierta sorpresa. Cuando paseaba por la calle, los vecinos se asomaban a verme. Nunca habían visto a una mujer juez. Recuerdo también uno de mis primeros casos, cuando tras un accidente de tráfico entre varios vehículos por choque en cadena, la mujer de uno de los fallecidos vino al juzgado a recoger las pertinencias de su marido y se extrañó mucho de que el juez fuera una mujer. Para algunas personas era chocante ver a una mujer juez. Pero en el ejercicio profesional, nunca he tenido una sensación distinta. Hubiera sido todo igual si hubiera sido un hombre.

Ahora, en cambio, hay muchas mujeres en la carrera judicial. ¿Considera que, como en otros ámbitos, lo tienen más difícil las mujeres que los hombres en la judicatura?

Ahora creo que más del 60% de la carrera judicial está integrado por mujeres, y algunas de ellas han sido las número uno de su promoción. Y para nada creo que sea el doble de difícil para las mujeres. Ni cuando yo empecé ni ahora. Lo que hay que hacer es trabajar mucho. Tanto hombres como mujeres.

¿En qué piensa que ha cambiado la Justicia desde que usted se convirtió en juez, en 1972, hasta ahora que se jubila?

Pues que al principio no tenía prácticamente compañeras y, como todo era nuevo, me pasaba todo el día en el juzgado trabajando. Bueno, en eso no ha cambiado mucho, porque ahora me lo paso también. Todo es diferente ahora. Desde enero de 2008 estoy en esta sección, solo penal, y los asuntos han aumentado considerablemente, en número y en volumen. Tenemos en la Sección más de 20 macrojuicios, que se entiende como tal cuando el volumen supera los 10 tomos. En algunos hay más de 57 procesados. Eso genera, para el ponente, un trabajo terrible. Para la celebración de un juicio hay que emplear varios meses. Eso implica que la Sección se paraliza en el resto. Entran muchísimos asuntos, y la Sección es especializada en Violencia de Género, para toda la Región, que tiene más de millón y medio de habitantes, y aquí solo hay cuatro jueces.

Precisamente su sección ha recibido fuertes críticas de asociaciones de mujeres por alguna sentencia, sobre todo aquella que no consideraba delito llamar 'zorra' a su pareja.

Esta Sección sigue la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que hasta 2013 se ha pronunciado en los términos que nosotros seguimos. Quien se leyera esa sentencia, vería cómo el término 'zorra', en ese caso concreto, se empleaba como 'astucia'. «Ten cuidado con tu madre que es muy astuta, que es muy zorra», dijo un padre a su hijo. No se empleó como una expresión que atentara contra la dignidad de la mujer, ni muchísimo menos, porque en ese caso el fallo de la sentencia habría sido totalmente diferente. Se empleó el término en sentido de 'astucia'. Cualquier palabra, expresión o frase que sea ofensiva contra la dignidad y la libertad de la mujer, en todos los ámbitos de la vida, se castigará penalmente.

Uno de sus juicios más célebres fue el de la parricida de Santomera. ¿Cómo lo vivió?

Fue muy duro. Vi la crudeza y la maldad del ser humano. Ella sabía perfectamente lo que hacía y por qué lo hacía. Posiblemente actuó por celos, aunque el jurado no lo entendió así. Se le impuso la pena máxima. Pienso que en el fondo ella quería a sus hijos, y lo comentó en el juzgado cuando se prorrogó la prisión provisional, dijo que hablaba con los hijos todas las noches. Fue muy duro, francamente duro. Ni ella misma sabía el alcance de su conducta.

¿Condiciona el hecho de ser mujer y ser madre para juzgar delitos de este tipo?

Cuando hay que imponer una sentencia, en lo único que me dijo es en las pruebas y la Ley. Me afectan las cosas, pero nunca me condicionaron.

¿Qué cambiaría de la Justicia?

La Justicia tiene que mejorar en medios, con el fin de ser más rápida. Me gustaría que aumentaran el número de secciones en las Audiencias, y los medios personales y materiales, porque ahora son muy escasos. El número de jueces de España no sobrepasa los 5.000. Somos muy pocos.