Los expertos chilenos y extranjeros que examinaron los restos del poeta Pablo Neruda descartaron que el ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971 muriese envenenado tras el golpe militar de 1973, informaron ayer fuentes oficiales. Durante los exámenes que se desarrollaron desde el pasado abril, cuando el cuerpo de Neruda fue exhumado, y en los que ha participado la Universidad de Murcia (UMU), «no se encontraron agentes químicos relevantes que pudieran relacionarse con la muerte», dijo a los periodistas Patricio Bustos, director del Servicio Médico Legal (SML) de Chile.

Agregó que los análisis toxicológicos efectuados en los restos óseos del poeta «acreditan la presencia de productos farmacéuticos para el tratamiento de enfermedades cancerosas, específicamente del cáncer de próstata, que eran utilizados en la época». El cuerpo, precisó Bustos, presenta lesiones metastásicas que permiten confirmar, «por diversas técnicas complementarias entre sí» la «correspondencia con la enfermedad».

«No se ha encontrado evidencia forense alguna que permita establecer una etimología médico legal por causas no naturales en la muerte del señor Neruda», remarcó.

En las pericias participaron cinco expertos del Servicio Médico Legal (SML), cuatro de la Universidad de Chile y cuatro extranjeros, encabezados por el catedrático de Medicina Legal y Forense de la UMU, Aurelio Luna.

Así, los exámenes corroboraron la versión original de que fue el cáncer de próstata que padecía el que precipitó la muerte del poeta. Dicha versión tuvo una aceptación generalizada hasta mediados de 2011, cuando se abrió una investigación judicial a raíz de unas declaraciones de su antiguo chófer, Manuel Araya, asegurando que Neruda fue envenenado por agentes de la naciente dictadura de Pinochet.