Se puede viajar por trabajo, por cumplir un sueño o una promesa, por visitar a los seres queridos o, simplemente, por placer. Viajar es un trayecto hacia lo desconocido y hay quienes tienen la suerte de haber conocido rincones del planeta que la gran mayoría no pisarán en su vida. Con esta suerte viven Joaquín Francisco Atenza Juárez, Lucía López Ferrándiz, Esperanza Pérez Pérez-Crespo y Juan Francisco Cerezo Torres, todos ellos integrantes de la Sociedad Geográfica de la Región de Murcia. Ellos, ahora, tienen la oportunidad de contar sus experiencias, de mostrar el mundo a través de sus ojos, y por ello han sido los participantes en una nueva edición del Club La Opinión, que de la mano del Aula de Debate de la Universidad de Murcia, celebró el pasado miércoles una mesa redonda titulada Murcia, Nepal, Polinesia, Amazonas: El mundo visto por los viajeros murcianos. El objetivo de este coloquio, tal y como explicó el moderador, Miguel López Bachero, es «acercar la pluralidad, diversidad y riqueza cultural que alberga cada uno de los rincones del planeta que habitamos, incidiendo en el respeto y el cuidado del patrimonio ambiental y cultural, y en el papel de los murcianos en el descubrimiento y divulgación del acervo de nuestro planeta y sus habitantes».
El encargado de iniciar la charla fue el geógrafo Joaquín Francisco Atenza, con quien los asistentes a la mesa redonda participaron en un viaje en el tiempo por la Región de Murcia. A través de fotografías antiguas y modernas, Atenza mostró la evolución sufrida en esta tierra, «algo necesario para no cometer los mismos errores que en el pasado», tal y como señaló el geógrafo, en relación al paisaje, la gastronomía y los festejos, los tres pilares en los que centró su intervención.
Tierra, mar y aire se dan la mano en la Región y por esto, Atenza recordó el entorno maravilloso de La Manga del Mar Menor o las playas de San Pedro del Pinatar en los años setenta, imágenes que reflejaron el cambio del paisaje en tan solo cuarenta años. También se pudo ver una fotografía del Puerto de Alicante repleto de barriles de vino de Jumilla, «muestra del volumen tan grande de exportación que existía por entonces», comentó el geógrafo, reflexionando sobre la vendimia y «lo duro de este trabajo, que hoy en día sigue haciéndose a mano». En cuanto a la gastronomía, Atenza destacó que «se puede conocer mucho el paisaje gracias a ella», y en sus fotografías no faltó el popular caldero, las gachas migas o la hueva de mujol. Las fiestas estuvieron ilustradas por imágenes del Bando de la Huerta y de encuentros de amigos en el ´kiosco de las Flores´, la actual plaza de las Flores de Murcia. Por su parte, la escaladora Lucía López, la española más joven en subir un 8.000, habló sobre su estancia en Nepal una semana antes de iniciar la expedición Cho Oyu, en el Himalaya, en el año 2010. Lucía lo tiene claro y destaca ante todo la forma de ser de los habitantes de esta parte del mundo. «Es gente abierta, ordenada, curiosa y lo poco que tienen no dudan en ofrecértelo». Con imágenes de su viaje, esta joven enseñó a los asistentes a la mesa redonda la esencia de otra cultura en la que la religión, las celebraciones y el día a día son parte esencial de la vida.
Atardeceres impresionantes, sonrisas inocentes, cumbres inalcanzables y la vida de los habitantes de Nepal fueron las imágenes que completaron la experiencia de esta murciana. También aportó su granito de arena Esperanza Pérez, experta navegante, conocida por ser la primera española en cruzar el Atlántico en solitario. Esperanza relató su experiencia en un viaje que comenzó al recibir un correo electrónico de un amigo que le animó a encontrarse con él en Ecuador y navegar hasta Nueva Zelanda. «¿Por qué no?», pensó esta murciana amante del mar y se embarcó en una grata aventura. Esperanza defiende que «la mejor inversión de nuestra vida es viajar, conocer otros países, otras gentes y otras culturas». Y por ello, no lo dudó y disfrutó de un viaje en barco que la llevaría por las islas Galápagos, Marquesas, Tuamotu, De Sociedad, Tonga, Fiji y Nueva Zelanda. Sin duda, una experiencia inolvidable que supo transmitir en el coloquio del miércoles, acompañada por una serie de fotografías. La Polinesia puede llegar «a ponerte los pelos de gallina», aseguró Esperanza, quien destacó la maravilla de sus paisajes y sus gentes. Gracias a esta aventura, la navegante murciana pudo vivir en primera persona fiestas locales, con danzas típicas; asistir a una boda; y relacionarse con otra rica cultura. «Ellos viven a un ritmo tropical», señaló Esperanza, refiriéndose a que la gente de La Polinesia «vive el hoy, porque no sabe lo que les va a pasar mañana».
Los asistentes pudieron acercarse un poquito a este paraíso a través de las palabras de la murciana, que terminó su intervención diciendo: «Tener sueños, poder cumplirlos, vivir la vida paso a paso y así seremos un poquito más felices todos». Por último, el presidente de la Sociedad Geográfica de la Región de Murcia, recientemente constituida, Juan Francisco Cerezo Torres, relató su experiencia en el Amazonas. Conocido por su labor divulgativa, sobre todo en el ámbito educativo, este aventurero murciano, asociado siempre a una bicicleta, puede presumir de haber logrado estar en Singú, área prohibida en el centro de Brasil, donde actualmente residen los habitantes de nueve aldeas, y donde para entrar tuvo que obtener un permiso del ministerio de Justicia brasileño, así como la autorización del jefe de los indígenas. Por todo esto, su experiencia ya podría considerarse toda una aventura, pero lo que Cerezo busca, y cree que es su misión, es «transmitir a los jóvenes otras culturas».
Su primer contacto con los indígenas no fue positivo, ya que fue expulsado y su vida llegó a correr peligro, pero una vez superado este percance, el murciano pudo conocer la riqueza de este pueblo y, también, fotografiar las vidas de sus gentes, obteniendo preciosas e impactantes imágenes. El coloquio terminó con algunas preguntas por parte de los asistentes, interesándose por la preparación física que deben tener para afrontar sus aventuras.
