Isabel R. llega a casa después de una intensa jornada laboral en la tienda de decoración que abrió hace unos años en el centro de la ciudad. En el ático le espera José T., con la cena hecha. Se acuestan en la misma cama, de que comparten desde hace veinte años. Sus hijas ya son mayores y viven fuera.

Aunque estas escenas sean propias de un matrimonio, Isabel y José llevan dos años divorciados. Desde que firmaron el documento que los separaba, ni una noche han dejado de abrazarse en la cama. Su separación es falsa. De conveniencia.

La iniciativa de que se divorciaran la tuvo el asesor de la pareja, que les explicó que era una muy buena solución para evitar el embargo al que se enfrentaban por los malos resultados económicos del negocio de maquinaria industrial que ideó hace unos años.

Autónomo, a Ginés le perseguían las deudas. Corría el riesgo de quedarse, incluso, sin el ático familiar, por la amenaza de embargo. Aunque sigue disfrutando de los doscientos metros de vivienda en una zona residencial de la ciudad, José vive ahí ´de prestado´, porque el domicilio está a nombre de Isabel, su exmujer. Con el ´falso´ divorcio, ella se quedó con la casa y también con el todoterreno, que sigue conduciendo él.

Lo suyo es un divorcio de mentira, para escapar de las deudas y evitar embargos. Siguen juntos y aunque las hijas de la expareja saben del plan, la mayoría de amigos de ambos no están al tanto de que cada sábado cenan con una pareja ya divorciada.

Lo de Isabel y José cada vez se da más. Un estudio realizado por una agencia de investigación e inteligencia constata que el año pasado aumentaron en España un 30 por ciento las investigaciones a parejas morosas que se divorcian antes de declararse insolventes.

Los abogados murcianos ya han detectado el incremento de los divorcios falsos como consecuencia de la crisis. Según los abogados consultados, las parejas casadas optan cada vez más por las separaciones de bienes, una tendencia que se ha disparado en los últimos años, y también detectan un goteo de divorcios de conveniencia con los que los cónyuges pretenden evitar posibles embargos. En estos últimos casos, el perfil del marido responde a un autónomo con problemas económicos por la crisis.

«Es una práctica de siempre pero sí que es cierto que nos da la sensación de que con la crisis ha aumentado el número de casos. Algunas parejas, ante las deudas de uno de los cónyuges, decide hacer una separación ficticia. Suelen ser autónomos que ponen los bienes a nombre de su mujer para evitar embargos e, incluso, siguen conviviendo en pareja», señaló uno de los abogados murcianos consultados. A veces, los propios abogados son los sorprendidos. Un ejemplo: un abogado recibe una demanda contra un cliente por una reclamación monetaria. Cuando el representante legal del demandado acude al Registro de la Propiedad para consultar los bienes de éste, comprueba que todos los bienes están a nombre de la mujer porque se han separado recientemente.

Este tipo de trampas legales ha aumentado en el conjunto del país. «Con la crisis me da la sensación de que hay más casos. Estas actuaciones falsas pueden dar lugar a un alzamiento de bienes (castigado con penas de entre uno y cuatro años de prisión), pero también es cierto que se trata de un procedimiento engorroso y difícil de demostrar», señaló el mismo letrado.

Otros profesionales consultadas señalan que, más que divorcios falsos, detectan un incremento de las peticiones de separaciones de bienes.

Una pareja entra en el régimen económico de sociedad de gananciales cuando contrae matrimonio, a no ser que solicite explícitamente la separación de bienes antes de dar el «sí, quiero». «Lo que está haciendo la gente es cambiar el régimen económico del matrimonio, piden la separación de bienes ante notario. Es un mecanismo más rápido y barato que un divorcio», añadió una abogada experta en divorcios.

Es más, los letrados recomiendan a las parejas realizar la separación de bienes cuando deciden casarse. Más vale prevenir, dicen. «Si la reclamación de la deuda llega antes de que se efectúe la separación de bienes, no hay marcha atrás», añadió. Entonces, para evitar el embargo, sólo queda la trampa: el divorcio de conveniencia.

A diferencia de los matrimonios falsos, que se destapan por la policía cada poco tiempo después de complejas investigaciones, los divorcios falsos todavía no están perseguidos por las Fuerzas de Seguridad, aunque sean ilegales.

De los 3.004 divorcios firmados en la Región de Murcia en 2010, un centenar podrían ser falsos, según los abogados de familia.