El presidente de la Universidad Católica, José Luis Mendoza, dejó ayer aparcado el vehemente papel de defensor de los derechos de la institución, tarea que cedió a la rectora, para centrarse en presumir de logros y avanzar los nuevos proyectos de universidad que ya tienen más de diez mil alumnos matriculados. Y entre todos los proyectos destaca uno en especial: la intención de tener su propio campus de excelencia que se denominaría Sport & Health, an Higher Education y estaría dedicado a la salud deportiva.

La investigación y la internacionalización son los dos pilares en los que la universidad quiere centrarse. Crear empresas spin-off en tecnología de los alimentos, desarrollar cátedras de investigación y continuar la inversión en proyectos financiados por más de dos millones de euros.

La internacionalización es el otro gran reto de la UCAM, que ya tiene un pie puesto en Cuba con dos sedes dedicadas al estudio de dos másteres: uno en Desarrollo Social y otro de Administración y Dirección de Empresas; y además, tiene previsto implantar nuevos programas de doctorado conjuntos con la Universidad de la Habana.

En México, Brasil, Alemania y Austria también está o estará presente la Universidad Católica mediante escuelas de doctorado en multitud de disciplinas.

Este afán por atravesar fronteras se nota en la UCAM hasta con los invitados a sus actos académicos. Este año, en la lista de protocolo figuraban en un lugar preferente dos representantes de la iglesia ortodoxa: el vicario general para España y Portugal del Patriarcado de Serbia y el Metropolita para España y Portugal del Patriarcado de Constantinopla. Todo un ejemplo de la línea ecuménica que la UCAM está poniendo en marcha.