El proceso de Bolonia ha traído muchos cambios a la universidad española y uno de ellos es que las normas se endurecen para evitar que haya alumnos que permanezcan durante años ocupando una plaza sin avanzar en sus estudios. Con esta filosofía la Universidad de Murcia ha aprobado un nuevo Reglamento de Permanencia que establece que los alumnos de primer curso estarán obligados a aprobar un mínimo de créditos para poder seguir estudiando. Si no los supera, la Universidad le impedirá volver a matricularse de esa misma carrera durante los cinco cursos siguientes, aunque podrá solicitar el ingreso a otra titulación y matricularse sin problemas si logra plaza. Los alumnos que acaban de empezar primero ya se verán afectados por el cambio. La Universidad Politécnica de Cartagena todavía no ha aprobado su propio reglamento, aunque ya ha empezado a estudiar su contenido.

A pesar de lo contundente de la medida, la Universidad de Murcia no ha querido ser muy dura y ha fijado el mínimo en doce créditos; una cifra pequeña si se tiene en cuenta que los alumnos se matriculan por curso de una media de sesenta créditos.

Otro de los requisitos que introduce este nuevo reglamento es que los estudiantes no podrán avanzar en la carrera hasta que no aprueben las asignaturas de los primeros cursos. Conforme el estudiante suba de cursos, deberá obligatoriamente matricularse de las asignaturas pendientes antes que de otras nuevas, dentro del tope de créditos, que se fija en 72. «Lo que se persigue es que un alumno no esté en el último curso y todavía le quede una asignatura de primero o de segundo», explica Joaquín Lomba, secretario general de la UMU.

Tiempo parcial

Una de las novedades del reglamento es que, por primera vez, se reconoce la existencia de alumnos a tiempo parcial, que podrán matricularse de menos asignaturas y el máximo para ellos será de treinta y dos créditos. Ser alumno parcial no implica tener otro tipo de ventajas, salvo la de que, en su caso, el mínimo de créditos que tiene que superar para evitar ser expulsados es de seis.

Lo que no cambia, para satisfacción de los estudiantes, es el número de convocatorias para aprobar una asignatura. Seguirán teniendo seis y solo correrán convocatoria si se presentan al examen y no con la matrícula.

Todas las universidades tienen que poner en marcha su propio reglamento y algunas han elegido normas más duras, como no permitir seguir estudiando si no se aprueba casi todo primero.