«¿Qué puedo hacer por mejorar, mi mundo que es mi realidad?». La pregunta procede de una canción del grupo musical Lori MeyersLori Meyers, uno de los favoritos de María González Veracruz (Murcia, 1979), y define a la perfección el objetivo que ha perseguido la candidata del PSOE por Murcia al Congreso desde que a los 12 años inició su trayectoria política: el afán por la justicia social y la igualdad de oportunidades.

Porque lo del socialismo, entendido como la lucha por mejorar las condiciones de vida de los que menos tienen, le viene a María de cuna. Sus abuelos, sus padres, su hermana, sus tíos, sus primos... Casi toda su familia guarda en la cartera el carné del PSOE, y ella no iba a ser menos. Se iniciaba la década de los 90 cuando esta adolescente aplicada y responsable, que por el oficio de su padre (médico de familia) había pasado por diferentes colegios de la Región (Blanca, Caravaca,...), se afilió a Juventudes Socialistas (JJ SS), fascinada como estaba por el carisma de Felipe González y de quien entonces era su ministro de Educación, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Tan convencida estaba de las políticas socialistas que ella misma decidió estudiar en el instituto Juan Carlos I de Murcia porque el centro fue pionero en la Región en aplicar la LOGSE, la reforma educativa del PSOE. La experiencia fue tan gratificante que la candidata socialista adquirió una vocación docente que algún día piensa hacer realidad.

Se decantó por la carrera de Bioquímica -como otros ilustres socialistas como Juan Negrín y, a nivel local, el fallecido José Ramón Jara- y dedicaba gran parte de su tiempo libre a JJ SS, donde poco a poco iba ganando protagonismo. Tanto que, en 2003, contra todo pronóstico y casi contra su propia voluntad -formaba parte de una candidatura de la que el líder se retiró a última hora-, fue elegida secretaria general de la organización. Y la revolucionó por completo. Fueron cuatro años de frenética actividad, en los que se pateó la Región y se ganó el respeto y el corazón de muchísimos jóvenes socialistas, que todavía se refieren a ella como ‘la Jefa’.

Pero María González Veracruz ya no es la agradable y prometedora líder juvenil. Porque siempre ha sido algo más que eso. Quienes la conocen destacan que, por su madurez y sentido de la responsabilidad, desde que era una niña pareció mayor de lo que realmente era.

Estaba preparada para mucho más que defender los problemas de la juventud -«se lo ‘curró’ mucho en vivienda», recuerdan en la Asamblea Regional- y así lo vio José Luis Rodríguez Zapatero, quien la ‘fichó’ en el congreso socialista de 2008 para que liderara una secretaría ejecutiva en la Ejecutiva federal del PSOE. Y además, una de nueva creación: Innovación y Nuevas Tecnologías. Toda una papeleta diseñar la estrategia nacional de un partido político en un área, el de las Tecnologías, que avanza a velocidad de crucero.

«Tenía que empezar de cero y montar la secretaría, en un aspecto en el que apenas se había trabajado como es el de Internet y las redes sociales. Hemos trabajado muchísimo», afirma la dirigente del PSOE, quien reivindica las aportaciones que el partido, a través de su secretaría, ha realizado a la ley de Ciencia e Innovación, el Estatuto de la Empresa Joven Innovadora y la Estrategia Estatal de Innovación, la ley de Economía Sostenible, entre otros proyectos de innovación impulsados por el Gobierno de España.

Estar en la Ejecutiva federal del PSOE le permitió conocer a uno de los ídolos políticos. «Cuando entré en la Ejecutiva, recuerdo que pensé: ¡Qué bien, me voy a sentar con Alfredo Pérez Rubalcaba!», reconoce.

María González Veracruz admite que es «muy obsesiva» cuando se trata de cumplir algún objetivo que se ha propuesto. Y en estos años se ha hecho una experta en nuevas tecnologías, especialmente Internet. Está en la lista de políticos más influyentes en Twitter y en sus manos está la estrategia electoral del partido en las redes sociales. Tiene mucho que ver en el hecho de que el candidato socialista se haya convertido en un habitual ‘twittero’.

Lo que no se imaginaba María es que la admiración que siente por Rubalcaba era correspondida. Lo supo cuando el aspirante del PSOE -y miembros de su equipo como Elena Valenciano- le propuso personalmente liderar la candidatura al Congreso de los Diputados por Murcia, por delante de Pedro Saura. Su liderazgo frenó las ansias de rebelión en el PSRM, pues había un grupo dentro del partido totalmente opuesto a que el secretario general fuera el cabeza de lista el 20 de noviembre.

María tiene ahora ante sí el reto de empezar a demostrar las grandes expectativas que de ella ha tenido siempre la Región. Y no va a ser por falta de esfuerzo. Desde que su candidatura es oficial, Veracruz no ha hecho otra cosa que patearse de nuevo cada rincón de la Región y tratar de recoger las demandas de los colectivos sociales. Así, lo mismo visita un centro educativo en Alcantarilla que una residencia de la tercera edad en Cehegín. «Le encanta estar con la gente mayor», cuentan sus colaboradores.

Al venir de una familia de tradición política, María tiene en casa a sus mejores asesores. Pero su mayor influencia no es tanto su padre -el delegado del Gobierno en la Región, Rafael González Tovar- como su hermana, Diana González Veracruz, quien también está en Juventudes Socialistas. «Me da muy buenos consejos y la escucho siempre», afirma la cabeza de lista. También tiene en cuenta la opinión de sus amigos, con los que le gustaría pasar más tiempo del que le permite la política. «Casi nunca puedo ir cuando hacen planes, pero siempre me avisan», señala. Conserva el mismo grupo de amigos que tenía en los tiempos del instituto.

Aunque el ‘indie pop’ es el estilo musical que más le va, a María González Veracruz también le va la música tradicional murciana. En Nochebuena coge la pandereta para cantar villancicos con los auroros de Alquerías (el pueblo de su padre), y siempre que puede asiste a las cuadrillas de Barranda, pues Caravaca de la Cruz también es su patria chica. En las fiestas de mayo, es habitual verla vestida de ‘mora’.

Afirma que admira a Manuel Azaña y que lloró mucho viendo Las Trece Rosas. Reconoce que cree más en las personas que en Dios , que le gusta mucho montar en bicicleta y que le encanta el arroz y conejo que cocina su madre. Quiere tener hijos, su color favorito es el rojo (no podía ser otro) y adora a los hijos pequeños de sus primos. «Son mis sobrinos», dice orgullosa.

Y tiene un sueño, que más bien es una obsesión: «Que los socialistas volvamos algún día a gobernar en la Región». Quien la conoce asegura que no cesa en sus empeños. Y, aunque nadie sabe lo que le deparará la política, sí es segura una cosa: siempre trabajará por y para Murcia. Para su Murcia.