UGT ha denunciado a una empresa de frutas de Cieza ante la Inspección de Trabajo por obligar a las trabajadoras a colgarse al cuello una tarjeta roja con un rótulo que pone «aseo» para poder ir al servicio. La Federación de Trabajadores Agroalimentarios del sindicato (FTA-UGT) aseguró que las empleadas consideran «humillante y degradante» este trato y señaló que «algunas están dejando incluso de beber líquidos» para no tener que someterse a los requisitos que les impone la empresa cuando necesitan utilizar el aseo, según indicó la secretaria de Igualdad y Política Social de la organización, Encarna Pérez.

La empresa Agronativa S. L. ha sido denunciada por «vulnerar las normas laborales en materia de prevención de riegos laborales» y por «atentar contra la dignidad de sus trabajadoras», según explicó la representante sindical. Está dedicada al manipulado y envasado de productos vegetales y tiene unos 200 empleados, a los se suman otros 200 o 250 que aporta una empresa de trabajo temporal de Molina.

La empresa no habla

Esta redacción intentó hablar con los directivos de la empresa, pero no fue posible.

Encarna Pérez explicó que, además de tener que pedir permiso a la encargada para que les autorice a ir al servicio y de tener que colgarse la tarjeta roja con el rótulo «aseo», la empresa sólo les da cinco minutos para entrar y salir, durante los cuales «tienen que pasar por un torno que funciona con su huella digital, quitarse el gorro, la bata, lavarse las manos y volver a colocarse todas las prendas».

Añadió que una trabajadora ha sido despedida hace poco «tras mantener una discusión con una de las encargadas por querer dirigirse al aseo sin esperar a que se lo autorizara y le colocara entonces la tarjeta roja. Este tipo de situaciones ha llegado a provocar, incluso, que muchas de las trabajadoras hayan optado por dejar de beber agua mientras trabajan y así, no tener que ir al servicio más de lo habitual. Estas actitudes están afectando directamente a su salud, dado que muchas de ellas realizan tareas que implican un movimiento constante en un entorno

caluroso».

FTA-UGT mantiene que, en caso de superar los cinco minutos que las trabajadoras tienen establecido para ir al servicio, «se les descuenta media hora de salario».

La responsable de Política Social de la Federación Agroalimentaria explicó que las trabajadoras de esta empresa «llegan a realizar jornadas de más de doce horas, sobre todo cuando trabajan por la tarde, ya que el turno empieza a las 15.45 horas y puede acabar a las 4.30 o las 5.00 de la madrugada. Durante este tiempo, apenas han llegado a descansar 30 minutos, cuando el convenio colectivo obliga a realizar un descanso retribuido de 15 minutos cada cinco horas de trabajo».

En la nota, el sindicato precisó que, «como consecuencia de esta forma de trabajo, una de las empleadas sufrió un desmayo de madrugada».

Apuntó además, que en estas condiciones, «el desgaste físico y emocional de estas trabajadoras es muy alto y la conciliación entre la vida laboral y familiar se les hace imposible. Por otra parte, añadió que «desde el pasado 29 de mayo se les ha coaccionado para trabajar los domingos, amenazándolas con que se les suspendería de empleo y sueldo el lunes y martes siguiente si no accedían». El sindicato concluye que «estas irregularidades», FTA-UGT ha denunciado a la empresa ante la Inspección de Trabajo por considerar que el trato a los empleados «supone un claro incumplimiento del deber empresarial de protección eficaz del trabajador para garantizar su seguridad y salud en todos los aspectos relacionados con el trabajo, mediante la adopción de cuantas medidas sean necesarias, tal y como dicta el artículo 14.2 de Prevención de Riesgos Laborales». La pretensión del sindicato es que «la Inspección de Trabajo haga una visita a la empresa , compruebe los hechos y, en su caso, tome las medidas oportunas para que cumpla con la normativa vigente de aplicación».