Hace dos años, una niña de cuatro años estuvo a punto de morir por los mismos motivos que el pequeño fallecido en Jumilla, cayéndose por el graderío de una plaza de toros portátil de la localidad jerezana de Chapín. Afortunadamente, su madre pudo sujetarla y evitó que la niña se precipitara al suelo desde una altura de cuatro metros. Lo que pasó en Jerez fue que se desprendió la tabla de madera que sirve de reposapies en las plazas portátiles. Cuando la menor y su madre iban a caer al vacío, ésta consiguió aferrarse a la estructura con la mano izquierda, mientras sujetaba con la derecha a la menor. Los espectadores acudieron a ayudarla y sacaron a la niña por la zona desprendida, mientras que a la madre la rescataron por abajo.