Lorca, la tercera ciudad de la Región, se convirtió ayer en un auténtico infierno. Dos terremotos, de 4,4 y 5,2 grados en la escala de Ritcherescala de Ritcher, sacudieron el centro urbano y causaron la muerte de al menos ocho personas, entre ellos un menor de edad y una mujer embarazada.

Los dos seísmos dejaron medio centenar de heridos, dos de ellos muy graves, y destrozos en cientos de viviendas y edificios. Un inmueble nuevo de la calle Infante Juan Manuel se derrumbó por completo y podría haber más víctimas bajo los escombros. También se vino abajo otro edificio del barrio de la Viña, una de las zonas más afectadas. Un niño fue rescatado en esta zona. El alcalde de Lorca, Francisco Jódar, informó

de que los muertos son españoles y todos ellos fallecieron como consecuencia de los desprendimientos de cornisas. Al cierre de esta edición, diez perros adiestrados rastreaban entre los escombros en busca de más víctimas.

El alcalde de Lorca, Francisco Jódar, asegura que prácticamente todos los inmuebles de la localidad, incluidos los que conforman el rico patrimonio histórico artístico, sufrieron los efectos de los seísmos, aunque habrá que esperar hasta el día de hoy para realizar una cuantificación exacta de los daños producidos.

Edificios públicos, residencias de ancianos, centros de enseñanza, entre ellos el hospital comarcal Rafael Méndez, fueron desalojados ante el temor de que se produjeran nuevas réplicas del terremoto. Los pacientes del centro hospitalario fueron trasladados al hospitales de Murcia y Cartagena, principalmente a la Arrixaca, junto a algunos heridos.

Asimismo, alrededor de 20.000 lorquinos pasaron la noche de ayer fuera de sus viviendas por recomendación de las autoridades. El ayuntamiento de Lorca habilitó un espacio en el Huerto de la Rueda para los damnificados. El primer edil lorquino, Francisco Jódar, realizó un llamamiento a las localidades vecinas para que enviaran agua, alimentos, mantas y colchonetas. La respuesta no se hizo esperar y los ayuntamientos de Águilas y Murcia, además de empresas como Hero, Juver, Cespa, la Fundación Carrefour y El Corte Inglés, se apresuraron a enviar ayuda a Lorca.

El primer temblor de tierra se produjo a las 17.05 horas y tuvo una intensidad de 4,4 grados, con epicentro a cinco kilómetros al noroeste del casco urbano de Lorca, junto a la autovía A-7 que comunica el municipio con Murcia. Sus efectos se notaron en Murcia, Totana, Águilas, Mazarrón y Cartagena, además de en zonas de Albacete y Almería. Incluso en Madrid hubo 45 llamadas al 112 de personas que se alertaron al sentir el movimiento sísmico.

El primer terremoto provocó el desprendimiento de cornisas en edificios de la ciudad y causó el pánico entre la población lorquina, que salió a la calle alarmada. Empezaban a llegar noticias confusas sobre personas heridas e inmuebles destrozados. Todavía se hablaba de víctimas mortales.

Pero lo peor estaba por llegar. A las 18.47 la tierra volvía a temblar con más intensidad, alcanzando los 5,2 grados en la escala de Ritcher. La situación se hizo totalmente incontrolable. Los desprendimientos de cornisas se intensificaron y se empezaron a confirmar las muertes. En la Región, no se producía un seísmo tan fuerte desde 1999, cuando la tierra tembló en Mula con una intensidad de 5,2 grados. En España, es el primer seísmo con víctimas desde 1956. Además, durante la tarde hubo 23 réplicas, la penúltima de ellas a las 22.37 horas de ayer, con una intensidad de 4,0 grados en la escala de Ritcher.

Movilizada la UME

El Gobierno central envió a Lorca a 235 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Valencia y Sevilla, especializados en búsqueda y rescate. De la base de Torrejón salió un grupo de 135 miembros de la UME para apoyar al personal de emergencias.

A la zona se desplazaron 400 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, así como dos helicóptero. Cruz Roja envió 22 ambulancias y desplegó cuatro hospitales de campaña, además de centros para la atención a las víctimas. El Gobierno regional dispuso siete unidades médicas de emergencias, un hospital de campaña y más de cien ambulancias. Se habilitó el teléfono 900 117 816 para la atención a las víctimas.

También viajaron a Lorca 40 ingenieros para examinar edificios, apuntalar los que se puedan salvar y decidir cuáles habrá que tirar al haber quedado inhabitables.