El empresario oriolano Ángel Fenoll presumía de tener «todos los poderes» sobre el ayuntamiento de Abanilla y su alcalde, el popular Fernando Molina Parra, según consta en las conversaciones telefónicas incluidas en el sumario de la Operación Brugal y obtenidas a través de la intervención del teléfono del empresario por orden judicial. Fenoll, quien gestiona un vertedero en Abanilla, afirmó en una conversación con una empleada de confianza que «ahí no se mueve nadie porque en 24 horas cierro el quiosco», en referencia a su planta de tratamiento de basuras.

En las conversaciones, a las que ha tenido acceso esta redacción, el empresario imputado en el caso Brugal deja entrever supuestas gestiones del alcalde del municipio para que diera trabajo en el vertedero a distintas personas de la localidad. En el informe policial, los agentes apuntan a que esta intermediación podría tener relación con el presunto empadronamiento irregular de personas en Abanilla para las elecciones de 2007, un caso por el que Fernando Molina está imputado en el juzgado número 3 de Cieza.

«Nunca he pedido el voto»

Por su parte, el alcalde de Abanilla, Fernando Molina Parra, declaró que siempre ha hecho todo lo posible «para que los empresarios den trabajo, ya sea a gente de Abanilla como de otros sitios, y jamás le he pedido el voto a nadie». El primer edil reconoce que conoce a Fenoll «pero hace mucho tiempo que no sé nada de él» y asegura que todos los negocios que tiene en su municipio, principalmente el vertedero, «tiene todos los permisos en regla».

«No puedo controlar que alguien hable de mí, pero sí puedo asegurar que no encontrarán conversaciones mías con el citado empresario», aseguró.