La mesa sectorial de Sanidad celebrada el jueves y que acabó con el acuerdo, aunque con matices, de todos los sindicatos sobre la jornada laboral de 35 horas semanales en los puestos de trabajo, más una hora y media de preparación y formación en casa, parecía el preludio de los acuerdos en Educación y Administraciones Públicas. Pero las mesas sectoriales celebradas ayer acabaron como el rosario de la aurora y con tantas versiones como participantes en ellas. El Gobierno regional celebró y anunció que se ha llegado a un acuerdo sobre la jornada laboral en todos los sectores, los sindicatos del comité de resistencia (CC OO, UGT y STERM) lo niegan y los firmantes del acuerdo con la Administración (ANPE, SIDI y CSIF) se ratifican en que el pacto al que llegaron con el Gobierno se está cumpliendo. Entre tanta versión, los cruces de acusaciones entre unos y otros fueron ayer la constante del día.

En el sector educativo, CC OO, STERM y UGT se negaron a participar en la mesa de negociación porque consideran que su composición no se ajusta a la representación de los sindicatos tras las elecciones del mes de diciembre; algo que desmienten el resto de sindicatos y Educación. Además, rechazaron su incorporación porque se negaban a votar medidas que, en su opinión van a perjudicar a los docentes. El resultado es que la Consejería cerró el acuerdo con ANPE y SIDI, que se felicitan por haber logrado una jornada laboral de 35 horas semanales y con otra hora y medio en trabajo fuera del aula; lo que , a su entender, garantiza que ningún docente perderá su puesto de trabajo. Las otras tres organizaciones advierten de que el acuerdo que sellaron para la modificación de la Ley de recortes sigue poniendo en peligro puestos de trabajo de profesores . Además, ninguno de los tres acepta el acuerdo como válido porque ellos tienen la representación del 59% del sector educativo; un argumento que no admiten ni la Administración regional ni las otras dos organizaciones.

El conflicto en la mesa de negociación de la Administración Pública no varía mucho. CC OO, STERM y UGT enviaron un comunicado calificando de «bochornosa» la actitud del Gobierno y CISF por haberles presentado un texto para firmar, aseguran, sin posibilidad de negociación. Ellos se niegan a aceptar la propuesta de completar la jornada «participando en planes de mejora de la calidad del servicio» sin que se aclare qué es eso y cómo se organizará en cada uno de los puestos de trabajo. El CSIF, por su parte, les acusa de poner en peligro la jornada laboral que los firmantes del acuerdo sí que han apoyado y les acusan de «que cuando se ven los frutos de la negociación pretenden apropiarse de la aminoración y eliminación de buena parte de los acuerdos».

A pesar de todos estos enfrentamientos, la consejera de Presidencia, María Pedro Reverte, ve un avance en que los no firmantes estén de acuerdo con las propuestas y ve que es un buen momento «para retomar el diálogo social».