Los proveedores de la Comunidad Autónoma han sufrido ya en varias ocasiones los retrasos y la suspensión de los pagos por parte de la Administración regional, por lo que el nuevo cierre de caja les deja en una situación delicada. Desde la Asociación de Proveedores del Servicio Murciano de Salud (SMS) afirmaron ayer que «la Comunidad está en quiebra» y ven con preocupación el futuro a corto plazo, ya que tampoco se pueden plantear dejar de suministrar material a hospitales y centros sanitarios.

Emilio Abellán, miembro de la Asociación de Proveedores del SMS, señaló que «la clase política no está a la altura y no saben afrontar la situación», por lo que han convocado una reunión para el próximo martes para analizar la situación.

Con miedo también están los responsables de las clínicas y hospitales privados, ya que temen no poder hacer frente a las nóminas de sus trabajadores. El presidente de la Unión Murciana de Hospitales, Fernando Mesa del Castillo, explicó ayer a esta redacción que «hasta ahora hemos pagado a los empleados, pero no sabemos si podremos hacerlo en adelante, ya que con la suspensión del pago de algunos meses por parte del SMS nos han descapitalizado».

No obstante, señaló que la actividad sanitaria está considerada un servicio preferente, por lo que es lo primero que se paga después de las nóminas del capítulo 1 de personal. «Estamos en una situación delicada porque funcionamos con créditos y si se deja de pagar será un gran problema, ya que el 90% de nuestra actividad es pública, y no podremos subsistir», indicó.

Mesa del Castillo dijo que este año 2011 se está cobrando, pero tienen pendientes dos meses de 2010 que se quedaron en suspenso y que «se nos pagarán cuando la Comunidad consiga el crédito, lo que supone algo más de veinte millones de euros».

Por su parte, Abellán también recordó que el SMS tiene una deuda con los proveedores sanitarios murcianos de unos 13 millones de euros, ya que «nos deben todavía nueve meses que se quedaron sin pagar en 2009 y que en 2011 aún no se han abonado». En cuanto a las posibles medidas de presión descartó dejar de suministrar, «porque lo pagarían los pacientes».