­Las manifestaciones deben ser reivindicativas, que para eso se convocan, pero no tienen por qué ser violentas. Y así lo demostraron las alrededor de 150 personas que se concentraron en la puerta principal del Palacio de San Esteban en Murcia, sede del Gobierno regional, para exigir la retirada de la Ley regional de Medidas Extraordinarias para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas.

Los manifestantes siguieron mostrando su descontento por los recortes a los empleados públicos, pero cambiaron los insultos a los políticos por piropos: «Valcárcel, cariño, los libros para mi niño», «Valcárcel, guapetón, trabaja de peón», «Reverte, hermosa, dedícate a otra cosa».

Además, durante la protesta no hubo la mínima alusión al consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz, quien la pasada semana sufrió una brutal agresión que ha desatado una tempestad política y social en la Región de Murcia. Tampoco hubo carteles y pancartas que pudieran parecer ofensivos a los componentes del Ejecutivo regional.

El secretario general de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras en Murcia, Pedro Manuel Vicente, afirmó que la curiosa iniciativa de cambiar los insultos por los piropos «viene a demostrar que los que nos manifestamos no tenemos ninguna intención de agredir a nadie, ni verbal ni, por supuesto, físicamente. Lo único que pedimos es cambiar una ley de recortes que creemos injusta con los trabajadores públicos». Y es que, según el responsable educativo de CC OO, «a los sindicatos no nos viene bien el lanzamiento de huevos contra la casa de Ramón Luis Valcárcel, porque lo único que se consigue con eso es distraer la atención y que se hablen de otras cosas en lugar del verdadero problema, que es la Ley de Medidas Extraordinarias».