«Esto no es el País Vasco, las realidades son bien distintas». El consejero de Justicia y Seguridad Ciudadana, Manuel Campos, terminó ayer de perfilar junto a la delegación del Gobierno y los altos mandos de las fuerzas de seguridad del Estado el dispositivo especial puesto en marcha para garantizar la seguridad de los consejeros del Gobierno regional y varios altos cargos de la Comunidad Autónoma, tras la brutal agresión que sufrió el sábado el responsable murciano de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz.

Manuel Campos señaló que una de los principales condiciones para que el plan tenga éxito es no revelar demasiados detalles sobre el mismo.

No obstante, avanzó que es diferente al plan de protección de los políticos de Partido Popular y PSOE en el País Vasco. «Se trata de un dispositivo claro y coherente que proporciona la suficiente seguridad a los cargos públicos de la Región. Pero no se puede comparar la situación de Murcia con la que se ha vivido en los últimos años en el País Vasco porque lo que aquí se da son situaciones de violencia puntuales», explicó el consejero de Justicia y Seguridad Ciudadana.

Hasta ahora, el único cargo público de la Comunidad Autónoma que disponía de escolta era el presidente regional, Ramón Luis Valcárcel. Según publicó ayer LA OPINIÓN, el plan de seguridad se extenderá ahora a los responsables políticos a los que se han dirigido mensajes en los foros de Internet que puedan considerarse amenazas. Estos se beneficiarán de un servicio de contravigilancia, que controlará las entradas y salidas de sus respectivas casas y de sus lugares de trabajo.

El propio consejero de Justicia y Seguridad Ciudadana explicó a sus compañeros de Consejo de Gobierno, en una reunión extraordinaria celebrada el pasado martes, los detalles del plan de seguridad que ha ofrecido Interior. Tal y como informó ayer este diario, a los consejeros se les explicó las normas de autoprotección básicas que deben seguir antes de salir a la calle, como asegurarse de que no hay personas en los alrededores que puedan resultar sospechosas. También aprendieron a revisar sus vehículos para tener claro que no llevan artefactos explosivos antes de subirse a los mismos.