Originada en el siglo XVII a raíz de los postulados del legendario Christian Rosenkreuz, la Rosacruz es una organización religiosa habitualmente asociada a la cábala o la alquimia. Sus enseñanzas son principalmente de carácter espiritual, como demostrarán a todos los que asistan al curso de iniciación que organizan el viernes, a partir de las 20 horas, y el sábado, desde las 10.30 horas, en el Club de Vida Saludable de Murcia, en la avenida Juan de Borbón. El seminario será impartido por Pedro Víctor Rodríguez, miembro de la dirección internacional de la Escuela de la Rosacruz Áurea.

¿En qué consisten las enseñanzas de este seminario?

Se trata de una iniciación espiritual. Queremos ayudar a que las personas despierten, conducirlas por un proceso de esclarecimiento emocional.

¿Cómo se llevará a cabo este objetivo?

El seminario consta de tres partes, los tres procesos que se deben seguir para alcanzar esta nueva conciencia: iniciación, iluminación y liberación. En cada una leeremos un texto relacionado con este proceso y luego haremos un coloquio con los asistentes. Se trata solo de una introducción, porque el camino a la trascendencia es largo y progresivo. No existe la iluminación súbita.

¿Cuál es el objetivo del grupo de la Rosacruz Áurea?

Queremos ayudar a la humanidad a dar respuesta a esos interrogantes que se nos plantean, darle sentido a la vida más allá del nacer-trabajar-morirse al que parece haberse reducido en la sociedad actual. Y eso se consigue conociéndonos a nosotros mismos, entrando en contacto con nuestra fuerza espiritual.

¿Están vinculados a alguna religión oficial?

En teoría estamos inscritos como religión, aunque preferimos no encorsetarnos en este término. Nosotros creemos en las enseñanzas universales, en que existe una sabiduría original del que todas las religiones y culturas han bebido. No importa qué religión se tenga, lo importante es llegar a la verdad y a la esencia de nuestro ser. Todas tienen historias y conceptos en común, como el principio de vida inmortal. Para nosotros, eso simboliza la rosa: la trascendencia en el tiempo. La cruz, con sus cuatro puntas, sería el símbolo de los cuatro elementos, de lo material. Ambas están ligadas en cada persona, pero debemos trabajar para que una vez que lo material muera, lo inmaterial permanezca.

¿Sin la trascendencia no hay inmortalidad del ‘alma’?

Cuando lo material muere, nuestra parte inmaterial puede reencarnarse. Pero sin una elevación de la conciencia, no se puede alcanzar la razón de ser a través de este proceso.

¿Cómo se alcanza?

Cambiando nuestra forma de pensar, abriendo nuestra mente y deshaciéndonos de conceptos implantados por nuestra cultura y nuestra religión. Se trata de un proceso de alquimia, pero entendida como algo abstracto: el hombre de plomo que se libera de lo que le pesa en su interior y se convierte en el hombre de oro.

¿Creen en Dios?

No compartimos el concepto de Dios como un ídolo, como un legalista que impone una serie de reglas. Creemos en un Dios como una fuerza universal, como un motor que es el origen de todo lo que conocemos y somos.