Las asociaciones de jóvenes nacen por el ímpetu de unos pocos y sus ganas de trabajar, pero su vida suele acabar tan pronto como los líderes crecen y tienen que dejar la asociación. Esta es una de las conclusiones del estudio sobre el asociacionismo elaborado por el Consejo de la Juventud de la Región. La mayor parte de estas asociaciones tiene menos de tres años de vida y la mayoría no logra superar la década. Se trata de un problema que el Consejo de la Juventud quiere atajar formando a los miembros en las tareas de gestión de las asociaciones para impedir que el relevo generacional acabe con ellas.

Las cifras que maneja el Consejo estiman que en torno al 25% de los jóvenes murcianos menores de treinta años forman parte de algún grupo o participan en las actividades que organizan. Los scout, con tres mil miembros en toda la Región, son el ejemplo de asociación numerosa y que resiste el paso del tiempo. Pero la realidad para la mayoría suele ser otra. El perfil es el de un grupo de socios que no pasa de las 15 personas y que desarrolla actividades en el barrio para unas sesenta o setenta personas y que apenas cuenta con recursos económicos o materiales. La mayor parte de sus actividades está relacionada con el ocio. Las excursiones y visitas a la naturaleza suponen el 69,7% de sus planes; aunque el mayor porcentaje se lo lleva, con un 78,5%, la organización de jornadas y cursos. Las reuniones, fiestas, conciertos, actividades deportivas y los servicios a la comunidad ocupan el resto de la lista de actuaciones que llevan a cabo a lo largo del año.

En el sesenta por cierto de las asociaciones hay menos de cincuenta personas inscritas; hasta cien en el 18 por ciento de los grupos y tan sólo el 12 por ciento de las asociaciones cuenta con más de doscientas personas. Este último caso es el de las secciones juveniles de partidos políticos o de sindicatos.

De hecho, el estudio viene a reforzar lo que ya se sabía, que la mayor parte de los jóvenes que están en movimientos asociativos forman parte de estos grupos que no tienen los mismos problemas de supervivencia. El respaldo de los adultos y la financiación e infraestructura con la que cuentan hacen que sean las más activas y tengan muchos más socios.

A las chicas les cuesta liderar

Otra de las conclusiones más llamativas del estudio es que las directivas de las asociaciones están formadas principalmente por hombres. De hecho siete de cada diez equipos directivos de grupos juveniles están encabezados por chicos. La conclusión a la que ha llegado el Consejo de la Juventud es que a las chicas «les cuesta algo más dar el paso» y liderar, explica el presidente del Consejo, Agustín Llamas, que considera que quizá sería bueno establecer ciertas normas de paridad en las juntas directivas para que las chicas den un paso al frente.

La implicación real de los asociados también es un problema que afecta a la supervivencia de estos organismos, puesto que solo seis de cada diez miembros participa en las actividades del grupo.

Todos estos datos, unidos a los que indican la falta de recursos, han sido enviados a los ayuntamientos de la Región de Murcia para que puedan hacerse una idea de la realidad de los movimientos juveniles y buscar fórmulas para conseguir que los jóvenes implicados con su barrio o municipio vean que tienen el respaldo de las instituciones locales.