Enrique Ortiz, uno de los imputados en el caso Brugal y que se jactaba de tener información privilegiada del concurso para la línea 1 del tranvía de Murcia, se portaba bien con los políticos con los que trataba. Según las escuchas telefónicas y el seguimiento que hicieron los agentes de la Unidad Central de Delincuencia Económica al empresario, éste puso a disposición del presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll Serrano, y de su esposa, Margarita de la Vega, un barco de su propiedad con el que realizaron una travesía de varios días desde Denia hasta las Baleares. En el transcurso de esas vacaciones, se producen varias conversaciones telefónicas entre esta mujer y Ortiz en las que la esposa de Ripoll agradece al empresario el detalle y habla de que han tomado champán y mojitos. Ripoll fue uno de los detenidos en la operación Brugal.