Francisco Poveda, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante, que intervino ayer en la jornada sobre ‘Las haciendas locales y el endeudamiento’, celebrada en el ayuntamiento de Murcia, apuesta por recuperar tributos locales como el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), del que quedaron exentas las personas físicas hace veinte años, además de las contribuciones especiales destinadas a costear inversiones que producen una ganancia «a los inmuebles beneficiarios».

Poveda, que es también catedrático de Derecho Financiero y Tributario, considera «arcaico» el sistema de valoración catastral utilizado para calcular el Impuesto de Bienes Inmuebles y dijo que las diferencias en la revisión da lugar a graves «injusticias», sobre todo en zonas colindantes de los municipios vecinos,» donde se llega a multiplicar por diez el valor de las propiedades situadas a uno y otro lado de la línea

divisoria, «que pueden estar a 50 metros de distancia».

Dejó claro que la solución para sacar a los ayuntamientos del «crac financiero» al que les ha llevado el endeudamiento «no es aumentar la presión fiscal sobre los vecinos, sino darles una mayor participación en los ingresos del Estado, que «en España se reduce al 13,6%, cuando en otros países europeos está en torno 20% y en Estados Unidos ronda el 26%». Precisó que la reforma de la financiación local ha ido postergándose en beneficio de las comunidades autónomas y del Estado, instituciones a las que definió como «las madrastras», mientras que los ayuntamientos se han convertido en «la Cenicienta, que tiene que ocuparse de todas las tareas que demandan los vecinos, sin recibir ninguna atención».

El catedrático defiende la recuperación de IAE y señala que «un notario, un profesional o un cirujano que tienen grandes ingresos, aunque no declaren como una empresa, deben pagar de acuerdo con el beneficio que obtienen. Añadió que se trata de un impuesto que «se ha venido pagando desde hace 200 años». Sin embargo, no considera acertado que un empresa pague por tener mayor volumen, «aunque no dé beneficios». Poveda considera que, una vez desaparecidos los ingresos que el ladrillo proporcionaba a los ayuntamientos, que suponían en torno al 80% de su financiación, será necesario aplicar medidas drásticas para hacer frente a la deuda y evitar que la morosidad se convierta en «un trombo en la financiación de las pequeñas empresas y proveedores». Su consejo es reducir gastos, suprimiendo servicios que no son imprescindibles, como la telefonía móvil, y recortar plantilla dejando sin cubrir jubilaciones y ceses.