­El hombre acusado de encerrar a su esposa en la vivienda de Murcia que compartían y de maltratarla se declaró ayer inocente en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial. Hassan A., de treinta y cinco años y origen marroquí, negó ayer los hechos que se le imputan y alegó que su todavía mujer «se inventó» que la tuvo encerrada en casa durante meses dejándola salir sólo en su compañía, porque «lo tenía todo planeado con su familia desde antes de que nos casáramos, quería venir a España para conseguir los papeles».

La esposa de Hassan A. explicó ayer a la Sala que antes del matrimonio no se conocían, sino que se pusieron en contacto para casarse a través de un primo de él, que era su compañero en la Facultad de Derecho de la universidad de Marruecos donde ella estudiaba, porque ambos tenían interés por llevar a cabo un enlace matrimonial.

El procesado relató que su esposa, con la que contrajo matrimonio en 2007, quiso venir a vivir con él desde Marruecos ya que estuvieron un año separados porque él trabajaba en Murcia. Hassan A. asegura que nunca le pegó y que ella no estuvo encerrada en casa, ya que «tenía una copia de las llaves» para entrar y salir de la vivienda. Hassan A. reconoce que en un par de ocasiones sí estuvo encerrada porque «me dejé su juego de llaves en un coche que llevé al taller para arreglarlo y cerré la casa con llave cuando me fui a trabajar», relató el acusado en el juicio, subrayando que «no soy un machista ni un maltratador».

Por su parte, su esposa, de veinticinco años, declaró como testigo protegido y confirmó su anterior declaración, asegurando que su marido la retenía a diario en casa cerrando la puerta con llave a las siete y media de la mañana cuando se iba a trabajar a Molina hasta las nueve y media de la noche que regresaba. La mujer, que en el momento de los hechos estaba embarazada, afirma que ella nunca tuvo copia de las llaves de la vivienda, ni teléfono móvil para comunicarse con su familia, porque él siempre vigilaba y limitaba sus llamadas, acompañándola al locutorio.

«Por eso no pude explicar a mi familia mi situación hasta que mi hermana me visitó desde Tarragona y le conté lo que estaba pasando; ella me dió su móvil a escondidas para que pudiéramos hablar. A las pocas semanas, al ver que la situación no mejoraba, mi hermana volvió a Murcia para denunciarlo a la Policía, y así pudieron liberarme de la casa» argumenta la mujer, que declara que su marido también la agredió sexualmente. La Fiscalía pide nueve años de prisión para el acusado. El juicio quedó ayer visto para sentencia.