Los presos políticos de ETA recluidos en la prisión de Sangonera abandonaron anteayer la huelga de hambre que habían iniciado el día 25 de octubre como método de protesta para exigir a la dirección de la prisión que los reagruparan en un mismo módulo.

Los etarras que han protagonizado la protesta son Josu Amantes, Mirian Campos, José María Novoa, Francisco Ramada, Gorka Martínez y Joseba Segurola. Los encarcelados exigían que se pusiera fin a su situación de aislamiento, y denunciaban la insalubridad de las duchas y de los servicios, la plaga de ratas en el comedor y la cocina y la falta de higiene generalizada en las instalaciones.

El director del centro penitenciario de Sangonera, Francisco Marín, explicó ayer a LA OPINIÓN que los presos habían abandonado la huelga de hambre el lunes, ante la negativa de reagruparlos, ya que «en el centro tenemos un sistema de clasificación para distribuir a los presos por módulos y no hay motivo para cambiarlo, y menos a través de estas medidas de presión». Francisco Marín apuntó que «las duchas están desinfectadas y en condiciones óptimas de higiene, supervisadas por los servicios médicos».

Al respecto, el director de la prisión aclaró que en cada módulo hay dos zonas con duchas comunes y, en el futuro, con la apertura del centro penitenciario de Campos del Río, se aprovechará la descongestión de la cárcel de Sangonera -siempre que el presupuesto lo permita-, para llevar a cabo unas obras e instalar duchas individuales en las celdas.

En cuanto a las plagas de ratas, Francisco Marín asegura que cada tres meses una empresa acude hasta el centro para prestar sus servicios de desratificación y, en caso de que se aviste alguna antes de ese plazo, se toman medidas inmediatamente.

Antecedentes de estos presos

Un grupo de etarras ya se rebeló en la prisión de Murcia hace unos años, en diciembre de 2006, exigiendo lo mismo, su reagrupación en un sólo módulo con celdas individuales.

En su día, la cadena Cope informó de que los presos vascos coaccionaban a los funcionarios del centro penitenciario de Sangonera para conseguir sus fines. Así, las fuentes de la cárcel relataron que los presos se tiraban al suelo pidiendo entre risas a los funcionarios que les llevaran a sus celdas utilizando la fuerza.

El delegado sindical de la prisión denunció un proceso de reagrupación de presos en 2006, poniendo como ejemplo que un etarra trasladado a Madrid para acudir a un juicio no regresó a la prisión murciana.