En la calle más céntrica de Abanilla, una enorme sábana cuelga desde el miércoles por la tarde en el balcón de un casón. Se trata de la vivienda del concejal socialista José Antonio Cutillas, que ha dejado por escrito en esta singular pancarta toda una oda a su inocencia después de que haya visto la luz un informe policial en el que se le relaciona a él y a otros cinco concejales de su partido con una supuesta financiación irregular del PSOE de la localidad, un documento que está vinculado directamente con el caso Brugal y con el empresario Ángel Fenoll, dueño de la planta de basuras del municipio que, supuestamente, intentó sobornar a los ediles para que no cuestionasen sus negocios.

Muchos de los vecinos que ayer pasaban por la céntrica calle Francisco Salzillo ni se percataron del mensaje con el que Cutillas quiere poner de manifiesto su honradez. ‘Piensa, ciudadano, piensa. ¿Dónde está el corrupto? Aquí no, aquí vive gente honrada’, se podía leer en la sábana.

Por contra, otros paisanos del concejal respaldaron ayer su alarde de honorabilidad y corroboraron que es un vecino «honrado». «Confiamos en su inocencia al cien por cien», comentaban en el bar El Chambilero, que está justo al lado de la casa del edil. También los hay que manifiestan su más absoluto desinterés por el torbellino político que se cierne sobre Abanilla. «Vivimos y dejamos vivir. La gente quiere trabajar, no hablar», respondían otros vecinos en la misma plaza del Ayuntamiento.

«La corrupción está en los dos lados» -afirmaba otro abanillero, Valeriano Rivera - «y la única realidad es que la planta de basuras, traiga polémica o no, es la que da trabajo al pueblo».

Mientras tanto, Cutillas se reafirma en su inocencia y se aferra a la pancarta como su única defensa. «Ser candidato a la Alcaldía parece que conlleva que me mangoneen, aunque no haya hablado jamás con Fenoll», declaraba ayer a esta redacción. El concejal, además, se siente ajusticiado antes de tiempo. «Si esto fuera Italia, la mafia ya me habría pegado dos tiros».