Albert Recio, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y especializado en cuestiones laborales, ha estado esta semana en Murcia para participar en unas jornadas del sindicato STERM para explicar su visión de la crisis y sus soluciones

Cómo valora las medidas que incluirá la reforma laboral que el Gobierno impondrá por decreto?

Es casi surrealista que cuando se está hablando de recortar el gasto público se nos plantee la posibilidad de subvencionar el despido, porque eso es lo que parece que quieren hacer; que el Gobierno pague a la empresa parte del dinero que tiene que entregar al trabajador. Esto, claro, unido al abaratamiento del despido es un despropósito.

Tal y como lo pintan la patronal y el Gobierno, parece que la única forma de flexibilizar el mercado laboral es abaratar el despido.

No es la única, es por la que optan. Para flexibilizar el mercado laboral también es posible ajustar horarios, plantillas y hacer más flexibles los equipos de trabajo.

Que el despido sea más barato, ¿logrará que haya más contrataciones y baje el paro?

No, lo único que se consigue así es que las empresas tengan más poder y que haya más despidos. Además, está más que comprobado que los incentivos económicos para la contratación de personal es dinero público despilfarrado, porque las empresas sólo contratan cuando tienen necesidades productivas. Y esta reforma laboral no hace que el modelo productivo cambie y que haya necesidad de contratación. La situación en la que estamos es el resultado de un modelo productivo basado en mano de obra barata y sectores poco estables como la construcción. Para tener empleo estable deberíamos fijarnos en el modelo cooperativista y el ejemplo es la cooperativa de Mondragón.

¿Qué reforma laboral propondría usted?

Lo más importante es fomentar la formación profesional y crear mejores modelos de organización de las empresas. Además creo que habría que reforzar el sector público, trabajar para ir hacia un modelo económico sostenible, hacer cambios profundos para potenciar el transporte público, lo que generaría mucho empleo, e invertir en investigación.

¿Contratar más funcionarios?

España es uno de los países con menor número de funcionarios en Europa y es un sector que sufre mucho la precariedad laboral en los últimos años por las interinidades y otras cuestiones.

Resulta, cuanto menos, curioso afirmar que una de las soluciones puede estar en contratar funcionarios cuando Alemania, por ejemplo, despedirá a más de 10.000 empleados públicos.

El problema es que los que nos gobiernan son unos inconscientes. Con estas medidas de recorte se generará más paro. El ejemplo de esta mala gestión lo tenemos en que la crisis la provocó el sistema financiero y los gobiernos acudieron al rescate de los bancos, que son los mismos que ahora están poniendo en peligro la estabilidad de los estados por sus deudas.

Pero parece que mantener estos niveles de déficit público es insostenible.

Lo normal era, a corto plazo, mantener el déficit; pero si hay que reducirlo, hay otras formas, como subir los impuestos. En España pagamos diez puntos menos de impuestos que en el resto de países.