Guy Lemeunier ha muerto, leo en un artículo en LA OPINIÓN de ayer. Perplejo, incrédulo, vuelvo a leerlo, pero las cortas líneas no dejan lugar a dudas, mi amigo Guy ha fallecido y su cadáver se halla en un tanatorio de la capital murciana. Me encuentro muy afectado por la noticia, pues, aunque sabía que estaba enfermo, desconocía la gravedad de su mal. Inmediatamente, me dirijo al lugar donde reposan sus restos y allí me fundo en un abrazo fraterno con su esposa, la profesora María Teresa Pérez Picazo, y sus hijos, convulsionados por la muerte de Guy.

Sentado en un sillón de la sala donde descansa el cadáver, repaso lo mucho que lo traté y cuánto debe la historia moderna del viejo reino de Murcia a sus investigaciones. Nacido en París hace 67 años, lo conocí como miembro de la sección científica de la Casa de Velázquez, allá por los años finales de los 70, cuando llevaba poco tiempo en la Región e investigaba sobre lo acontecido en ella durante los siglos XVI-XVIII. Posteriormente, sería miembro de CNRS francés.

Enseguida, me sedujo su bagaje cultural; su conocimiento e interpretación de la Historia, tan alejados de los que yo estudiaba en la Universidad de Murcia; y su bonhomía, siempre alegre, haciendo favores y aclarando con una metodología nueva, heredada de la Escuela francesa de los Anales, las muchas dudas de alumnos en curso de obtener su licenciatura en historia. Las llegadas de París eran para mí constantes Navidades, porque venía cargado con las últimas novedades de la historiografía gala y me las prestaba para que las leyera y sacara conclusiones.

Fruto de su muchos años de investigar en archivos municipales, catedralicios, nacionales y particulares son las docenas de artículos que tratan, en solitario o en colaboración con María Teresa Pérez Picazo, de la población, el poblamiento, el agua, la agricultura, el régimen señorial, la ganadería y la Mesta, las banderías nobiliarias, los regadíos... de las diversas comarcas murcianas durante las interesantísimas centurias de la Edad Moderna y parte de la Contemporánea; y sus libros 'Materiales para una historia del reino de Murcia en los tiempos modernos', del que es coautor don Francisco Chacón, que tanto ayudó a los estudiantes de la especialidad a conocer métodos, fuentes y lugares para futuros trabajos; 'Economía, sociedad y política en Murcia y Albacete (siglos XVI-XVIII)'; 'Los señoríos murcianos, siglos XVI-XVIII'; y, en particular, 'El proceso de modernización de la región murciana, siglos XVI-XIX', una completa reflexión sobre los modos de vida de los hijos de esta tierra durante casi medio milenio, escrito al alimón con su esposa. Igualmente, ambos eran directores de la prestigiosa revista 'Áreas'.

De ahí que reitere que los murcianos estamos en duda con el hispanista francés fallecido, que amó tanto a nuestra tierra que deseó morir en ella. Cuando lean ustedes esto, sus cenizas estarán siendo arrojadas al mar en algún punto de nuestra costa, pues pasaba temporadas inolvidables junto a su inmensidad y sus aguas le servían de relax en momentos de intensa labor. Fundidos con las olas, sus restos mortales serán transportados sobre ellas a todos los puntos del Mare Nostrum. No es mala tumba para una persona que siempre se sintió libre y tan bien conocía el pasado de las tierras que conforman sus orillas. Descansa en paz y hasta siempre, querido Guy.

Cronista Oficial de Mula