La psicóloga del departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Murcia Carmen Ferrándiz abrió ayer las jornadas con una intervención sobre estrategias metodológicas en la que ofreció a los más de 300 asistentes algunas claves para trabajar con estos alumnos. ¿Cómo se detecta que un estudiante tiene aptitudes intelectuales superiores al resto de compañeros?

Son niños que aprenden de otra manera, son mucho más creativos y retienen la información de forma inmediata, algo que debe hacer saltar las alarmas del profesor para que ponga medios en su forma de trabajar con él.

¿Qué problemas encuentra un alumno con altas capacidades en el actual sistema educativo?

Hay avances, pero la forma de enseñar en los centros es muy cerrada y el método utilizado por los docentes se fundamenta, principalmente, en la memorización, lo que supone un problema con los estudiantes superdotados, ya que ellos memorizan de forma inmediata y son mucho más creativos. Necesitan mayores retos.

¿Existen diferencias de género dentro de estos grupos de estudiantes?

En los cursos de Primaria hay más chicos, pero cuando van avanzando y se llega a Secundaria se equiparan chicas y chicos. Pero existe un error muy común. Se tiende a pensar que cuando una chica tiene muy buenos resultados se debe a que las mujeres suelen ser más persistentes y están más motivadas para los estudios, casi descartando las altas capacidades, mientras que si es un chico se atribuye a que son más inteligentes y, por lo tanto, superdotados.

¿Están realmente preparados los profesores para enseñar a estos alumnos?

El profesorado necesita más formación, pero también deben estar abiertos a los cambios y ser flexibles para utilizar nuevas herramientas en el aprendizaje. Normalmente estos campos se fomentan más en los centros preferentes específicos para altas capacidades.

¿Qué diferencias hay entre la enseñanza tradicional y la de un chico superdotado?

Al profesor se le ve como un experto en el aprendizaje tradicional, mientras que en las altas capacidades sólo se le ve como un guía, siendo el alumno el experto. Además, en el primero de los casos los chicos son como recipientes vacíos a los que hay que enseñar, pero los de altas capacidades son sujetos que aprenden por cuenta propia.